Yalla Miku - Yalla Miku

Yalla Miku, cruce de culturas suizo

La primera obra frenética y estimulante de Yalla Miku es un torbellino de géneros, con músicos del norte y este de África, unidos con diversos alquimistas musicales del panorama de las músicas del mundo y experimental de Ginebra. “Yalla Miku“ es una mezcla emocionante de música gnaua marroquí con melodías de guimbri envolventes y los compases de krar con toques de house (estilo de música electrónica)  y ritmos de krautrock  (rock alemán).

Con sus relucientes edificios y tiendas de lujo, Ginebra es un lugar que exhala riqueza. Como anfitriona de algunas de las instituciones financieras más poderosas del mundo, la ciudad suiza celebra el multiculturalismo, principalmente el de los residentes de habla inglesa, de los ricos y de la educación privada. Pero justo debajo de esta superficie pulida se encuentra la verdadera alma de Ginebra, que late en los okupas históricos de la ciudad, en sus restaurantes del norte de África y en los sitios donde se encuentran artistas, músicos y activistas.

Esta es la Ginebra que Bongo Joe fomenta y descubre, a través de su sello discográfico, tienda de discos y café, un espacio orientado a la comunidad y acogedor con vistas al río Ródano: «Siempre he tenido este proyecto de mostrar la verdadera Ginebra internacional y con todas estas actividades diferentes, estoy luchando para mantener la ciudad interesante y honrar la vida subterránea que sucede aquí«, dice Cyril Yeterian, el músico y cantante nacido en Beirut, que es el fundador de Bongo Joe.

Yalla Miku encapsula perfectamente este ideal y lo traduce en un sonido sin fronteras y sincrético. Yeterian (banjo, guitarra eléctrica, voz) y su compañero de la banda Cyril Cyril, Cyril Bondi (batería y voz), fundaron el grupo con la idea de reunir las diferentes facetas de la escena musical de Ginebra, así que se asociaron con el dúo de electropop post-disco Hyperculte, compuesto por Simone Aubert (en sintetizadores, guitarra y voz) y Vincent Bertholet, fundador de Orchester Tout Puissant Marcel Duchamp (en bajo y voz), e invitaron a tres músicos inmigrantes que habían conocido a través de sus eventos en la tienda y cafetería Bongo Joe: el marroquí Anouar Baouna (guimbri), el eritreo Samuel Ades (krar) y el argelino Ali Bouchaki (darbuka).

Sin embargo, la idea de Yalla Miku es honrar este encuentro de culturas, específicamente llamando la atención sobre aquellos puntos de contraste entre diferentes tradiciones, voces e instrumentos, generando una animada y polifónica conversación que da a cada músico la libertad de improvisar y contar su propia historia.

Los músicos nacidos en Occidente compusieron la base de cada canción y los tres artistas no occidentales la construyeron a través del prisma de su propia herencia musical. «Fue un desafío difícil para ellos tratar de entender y adaptarse a esta música, y de alguna manera es como una metáfora de las dificultades que tuvieron en su vida al establecerse en Europa«, explica Yeterian.

Los tres músicos no europeos tuvieron que acometer viajes extremadamente difíciles y peligrosos para llegar a Suiza. Samuel Ades nació en Eritrea y comenzó a tocar el krar, la lira tradicional de Etiopía y Eritrea, cuando era niño. Después de llegar a Suiza, fue detenido en un campo de migrantes en condiciones deplorables. Ades había llevado su krar desde Eritrea y logró esconderlo fuera del campamento, donde no se permitía la música, y tocarlo para sus amigos de vez en cuando. «Un día un camión de basura pensó que era basura y lo destruyó. Fue un momento muy trágico«, recuerda.

Aunque su preciado krar se perdió, la música sería su clave para salir del campamento y hacer una vida en Suiza: comenzó a contactar músicos y activistas suizos que le asesoraron sobre sus derechos y ayudaron a organizar protestas exigiendo mejores condiciones y permisos para que los migrantes abandonaran el campamento.

Se integró rápidamente en la escena musical de Ginebra: «La música es mi vida, es el lenguaje que tenía cuando no podía hablar francés, me trajo amigos y trabajos, me llevó a conocer a Cyril, con quien ahora toco en Yalla Miku. Con la música, pude comunicarme con la gente, hacerlos bailar y hacerlos felices, y esto es lo más importante que tengo en la vida«, dice Ades.

Ades contribuye con su voz y su krar en varios temas del álbum, como en el enérgico «Asmazate», que comienza como un número de baile eritreo vibrante y termina con los ritmos de karkabas de Anouar Baouna y los cánticos y ululaciones de llamada y respuesta. «Hyper Tiger» comienza con la voz temblorosa de Ades sobre sus hipnóticos riffs de krar, antes de cambiar repentinamente a ritmos electro sobre los cuales Ali Bouchaki cuenta frenéticamente su viaje desde el día en que dejó su casa en Argelia.

En otros lugares, la poesía hablada de Yeterian está acompañada por los toques melancólicos del guimbri de Baouna («Tortije»), y los ritmos de darbuka de Boushaki cierran el disco con fuerza en «Suiise», acompañados de guitarras distorsionadas y un crescendo de sintetizadores nerviosos.

El nombre de la banda captura su ética: «Yalla» es la expresión árabe que transmite entusiasmo o aliento, mientras que «Miku» es el nombre del personaje holográfico de un software Vocaloid japonés, simbolizando tanto los mundos tradicionales como los futuristas que habitan su música.

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