Entrevista con Rodamons

«El secreto de un buen guiso está en la diversidad”.

Las calles pueden volver a sonreír, están de enhorabuena. Rodamons se ocupa de que vuelvan a ser lo que eran, un espacio para todos lleno de vida, en donde se cuentan historias lejanas sin fecha de caducidad. Para ello nos proponen un viaje medieval a la España de las tres culturas. Piezas sefarditas, árabes y cristianas conviven en armonía en Confluència, su primera obra registrada en CD. Porque ya tienen otras tantas representadas en teatros, plazas y ferias populacheras de tierras valencianas.

¡Alegría, alegría! Beban, bailen y observen, sin perder detalle, las artes de la comedia teatral, el mimo, el clown, los títeres y danzas populares que traen consigo estos trotamundos. Escuchen con atención el canto de la dulzaina y la tarota, el festejo del flabiol valencià y el sac de gemécs. Vocifera un trombón y silba la flauta barroca. Charla el violín con la zanfona y el archilaúd al ritmo del pandero. Cuentos, refranes y acertijos toman las calles una vez más.

El infatigable juglar Vicent Adell, consciente de la belleza que habitó en la otrora España medieval, nos tiende la mano para que conozcamos un poco más de ella, y aprendamos de la Historia.

En las ferias medievales están como en casa.

Vicent – De momento por ahí nos movemos, en ferias medievales, inauguraciones de museos, donde se realza la época medieval. Hemos sacado este primer cd después de varios años, animados por la gente. Es una autoproducción, y está grabado de una manera directa en un teatro. No en una actuación en vivo, pero sí tocando todos a la vez, sin ningún tipo de mezclas ni posibilidades de arreglos. Intentando ser fieles al sonido y a la forma nuestra de trabajar: el directo.

Música sí, pero también teatro.

Nosotros en principio somos un grupo de teatro, llevamos muchos años trabajando las narraciones y cuentos. Hemos creído que nuestro trabajo debería ir a la par con la música. Este aspecto es quizás lo que nos ha costado un poco más, porque nuestra tradición es la del teatro. Pero poco a poco hemos ido consiguiendo cierto dominio en la instrumentación y las voces, éstas aplicadas desde el punto de visto teatral.

Cantar se ha cantado siempre, incluso para trabajar.

El “Cant de batre” es una reproducción bastante fiel de los cantos de trabajo. Hemos tratado de plasmar en el disco esta diversidad de la que últimamente se está hablando tanto, afortunadamente, donde tienen cabida distintas expresiones. De ahí que haya temas sefardíes, cristianos y musulmanes. Y, siendo de donde somos, eso lo tenemos bastante claro, hay una cultura que también hay que reivindicar. Este es un canto típico que se pierde en el tiempo, muestra cómo la gente a la hora de trabajar cantaba. Este es un “cant de batre”, que se cantaba mientras se trabajaba con el caballo, para que no se durmiera. Eran trabajos un poco rutinarios, de trilla. En el que tanto la persona como el animal, daban vueltas e iban sacando el grano y apartando la paja. Seguramente apetecía llevar un ritmo, y se aprovechaba para hablar de temas concretos como meterse con alguien.

Mensajeros medievales.

La traducción de Rodamons sería “trotamundos”. La idea viene de aquella persona que va por el mundo comunicando aquello que conoce en un sitio y lo traslada a otro. Eso entronca con la época medieval, con gente que iba comunicando las noticias, pues era la única forma que tenían. Nosotros al comenzar el espectáculo siempre decimos: Lo que oímos aquí, lo contamos allá y lo que oímos allá lo contamos aquí. Ya que estamos aquí, pues aquí contaremos.

La calle, un espacio interactivo.

En el medievo la gente tenía que llamar la atención en la calle y ganarse el favor del público, supongo que para poder comer. Para nosotros la calle es básica, somos mediterráneos y vivimos mucho la calle. La gente que nos ve en teatros y recintos cerrados nos dice que le aportamos a la sala la frescura que tiene la calle. Por otra parte, intentamos darle a la calle la calidad que supondría trabajar en una sala cerrada, por medio de la técnica.

Ganarse la vida en la calle.

Rodamons

Nosotros apostamos hace años por dedicarnos a aquello que nos gustaba. Nos planteamos hacer esto y pensamos que llegaría un momento en que podríamos vivir… no muy bien, porque este trabajo tiene muchos riesgos, dependes de las contrataciones y otras cosas. Pero tampoco nos vamos a quejar de que vaya mal, por supuesto que lo hemos elegido, y este trabajo conlleva eso. Además, como digo yo siempre, no vivimos “de”, sino vivimos “con”.

Lo que se puede encontrar uno en las ferias medievales.

Hay cosas que son comunes, como la artesanía. Puedes ver a gente que sigue elaborando de una manera artesana y que no le da tanta importancia al tiempo, como al producto que realiza.

Por otro lado, hay gente que ha decidido hacer este tipo de espectáculo, como el nuestro. Ya no tanto de recrear una época como cliché; sino tomar de esa época la parte de comunicación, de luz.

Muchas ves se cae en el tópico de recrear la parte más llamativa, como puede ser la oscuridad o las torturas. Hay otras cosas que mostrar, cosas que han dado paso a lo que tenemos ahora nosotros. Rodamons está trabajando actualmente con la música de Alfonso X el Sabio. Y nos hemos encontrado con melodías que forman parte de canciones tradicionales que las teníamos de una zona determinada, y, sin embargo, parten de ahí.

Algunas ideas para ir disfrazados a una de estas ferias.

En la portada del disco aparecen unos juglares alemanes. Son minnesängers, que son como los juglares de aquí, pero en el 1300 allí. Llevan unos vestidos muy llamativos. Se tiene una idea errónea de que antes vestían con prendas tristes y oscuras, porque hay una tendencia, como antes decía, a reproducir esa parte oscura y de sufrimiento. Evidentemente que lo había, y no hay que volver la mirada a eso; pero también te encuentras con mucho colorido en los trajes y reproducciones de imágenes.

Mucho colorido instrumental.

También había mucho colorido instrumental. Nosotros tocamos con algunos instrumentos que no son medievales como el acordeón, pero poco a poco los hemos ido sustituyendo por instrumentos recuperados. Lo que ocurre, es que además de ser muy caros, son de difícil ejecución.

Y en las ferias, cómo no, puede uno gozar del buen yantar.

Sí, y además de la forma que yo creo que nos gusta a todos. Somos gente refinada, como corresponde a nuestra época, pero también nos gusta de vez en cuando soltarnos un poco. Hay mucha gente que nos comenta lo bien que estamos comiendo en el suelo, y es que lo estamos viviendo y tenemos la oportunidad de soltarnos.

Una buena receta cierra el disco. Ofrece siete formas de cocinar las berenjenas.

Es una canción sefardí. Parece ser que de música sefardí no se conserva nada, porque ellos iban adaptando las músicas que encontraban por ahí. Lo que sí se conservan, son letras. La tradición sefardí es oral, de ahí que no se conserven escritas las melodías. Las letras hablan de las tradiciones, de las formas de cocinar, de cómo se debían comportar. Era una forma de transmitir la cultura oralmente. Lo que hacemos en “Los guisados de berenjenas” es un paralelismo entre las berenjenas y la diversidad cultural, de donde sale una comida excelente. Esa mezcla y esas distintas formas de hacer algo, es lo que le da la riqueza al plato.

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