Gaye Su Akyol - foto por cortesía de Electric Castle

Entrevista a Gaye Su Akyol

El festival Electric Castle se celebra todos los años en las cercanías de la ciudad transilvana de Cluj en el precioso norte de Rumanía. Su cartel es una magnífica amalgama de electrónica de todos los rincones del mundo, grandes nombres del rock y el pop y algunos secretos magníficos que en su mayoría se ubicaron en el escenario Backyard, uno de los más pequeños entre los más de diez que se ubicaban desparramados estratégicamente por el recinto. Literalmente llamado “patio”, este tablado se ubica en la parte lateral del majestuoso castillo del siglo XVI que da nombre al festival.

Pasaron cosas maravillosas en ese escenario en la edición de este año. Uno de los momentos más altos fue el que protagonizó la estambuleña Gaye Su Akyol.

Atestiguar el concierto de esta prestigiosa cantante, artista plástica, antropóloga y activista de 38 años, fue una experiencia tan exótica como trascendental, fue vivir un tipo de libertad a la que, al menos yo, no estoy acostumbrado. Y esta sensación no fue guiada exclusivamente por los elementos que pueblan su música: sonidos bebedores de la psicodelia turca de décadas atrás junto el poder más primigenio del rock n roll más la visión privilegiada de la artista y la idoneidad indiscutible del dúo que la acompañó. En este caso, claro, la suma de las partes fue mucho más que su valor por separado, porque también influyó el público entregado, el entorno mágico y obviamente esta profunda charla que tuve el privilegio de mantener con la artista antes de que saliera a escena.

Gaye Su Akyol – foto por cortesía de Electric Castle

Me apetece mucho hacerte esta primera pregunta: ¿por qué elegiste estudiar antropología?

Buena pregunta. Cuando estaba en el instituto, supe que haría música y que pintaría. Pero no quise estudiar música ni arte plástico porque mi padre es pintor y se graduó en una de las más importantes escuelas de arte en Turquía, entonces, en una charla con él, me dijo que no es necesario estudiar arte para estar capacitado para hacerlo.

¿Sabes por qué? Muchos amigos que él tenía en la escuela no se dedicaron finalmente al arte, porque los conceptos que te dan allí a veces no encajan con los distintos tipos de personas.

Entonces, como yo me conozco muy bien, sé lo que mi arte necesita. Cuando estaba en el instituto pensé que debía estudiar algo que ayude a mi arte, pero que no sea arte. Pensé en algunas posibilidades: filosofía, psicología o, gracias a la inspiración de un tío, antropología social.

Hice mis búsquedas y vi que se trataba de culturas, gente, también tiene psicología, filosofía, o sea, es una combinación de ciencias sociales. Entonces me encantó comenzar a estudiarla porque me permite tener puntos de vista y perspectivas que no podría encontrar en ningún otro lugar.

Definitivamente hace a mi arte mucho más profundo, y me permite ver a la gente con igualdad, ninguna cultura es más grandiosa o mejor que otra.

Te ayuda a ver tu propia cultura, tu entorno, tu gente de una forma mucho más amplia.

¿Podrías darme algún ejemplo en la manera en que la Gaye antropóloga influyó a la Gaye artista?

Claro. Como te decía, la antropología me ayuda a ver a la gente de otra manera, especialmente a mi gente, a mi cultura. ¿Sabes qué? Cuando vives en sociedad, sueles estar enfadado con tu historia, la gente que te rodea, sobre todo por la desigualdad que hay, etc. En ese punto, la antropología social me hizo entender que la gente también suele amar más a su cultura que a las de las demás, cosa que te puede convertir en un pequeño fascista que se cree dueño de algo. Ambas visiones son grandes enemigas para un artista. También para los no artistas, claro, pero más para nosotros. Porque si quieres ser universal y atemporal, debes saber que existen ciertas fronteras de pensamiento para poder controlarlas y usarlas a tu favor.

Mi visión artística es dependiente de estos puntos de vista. Me ayuda a entender más allá de observar desde el punto de vista de mi propia cultura, lo cual me hace entender en lugar de criticar.

Gaye Su Akyol – foto por cortesía de Electric Castle

Esto resuena mucho en mí porque mi hija comenzó a estudiar arte a los 12 años y lo primero que dijo es que se sentía muy extraña recibiendo lineamientos ya que el arte para ella no tiene reglas ni límites.

Lo que dices me pone la piel de gallina…

Entonces, pensando en esta cuestión de los lineamientos ¿Cómo te enfrentas a los procesos creativos en el sentido de ponerte -o no- límites?

Muy buena pregunta, por cierto, tuve una muy buena conversación con una amiga ayer. Ella tiene 26 años, quiere estudiar arte, está graduada en diseño, etc. Me dijo “Yo busco la perfección y hasta no encontrarla no pararé”. Escuché esto en muchas ocasiones y creo es que es una trampa.

El arte no tiene límites. El arte es la cosa en la que insistes y lo que haces real. Debes decir: “vale, este es mi sueño, nada me limita”. Le dije a esta chica que si lo que busca es lo perfecto, pues estaba cayendo en una trampa y no sería capaz de realmente crear.

Porque los verdaderos artistas creo que son los que entienden y pueden destrabar esa trampa. Es el primer paso para ser artista. Si puedes pasar ese estadío, entonces estarás comenzando tu viaje.

Está claro: es muy común frustrarse cuando se hace algo que no se considera genial.

Es que yo lo veo así: este es mi arte y no tiene que ser perfecto, incluso ni siquiera tiene por qué ser “bueno”. No estoy detrás de hacer lo hermoso, excelente o perfecto ¡No! Soy humana y lo que voy a crear es algo basado en notas que voy tomando.

Esto le diría a quien se frustra por no hacer algo genial: un artista toma notas y el arte que crea viene de allí. Pero esas notas no tienen por qué ser “demasiado importantes”, a veces son cuestiones sutiles que aparecen en los momentos precisos de los procesos de creación.

A veces me siento como una historiadora. Ahora te miro a ti, tomo notas de una expresión que puede convertirse en una canción o me fijo en un comentario político o en algo súper banal. Todo puede convertirse en un “algo” artístico, y no tiene que ser bonito, estéticamente bueno. No soy una diseñadora de moda, que en cualquier caso la moda es algo que tampoco debe ser sí o sí bonito. No soy una reina de lo guapo. El arte es la bestia, lo feo, lo peor, lo real, lo fantástico. Es como lo vives, como la vida misma, si lo que buscas es lo bello no estás creando vida ni verdaderos sueños, no estás haciendo caso a tu propia realidad, simplemente estás creando bajo preceptos estéticos en plan Barbie.

Entonces si alguien quiere ser artista de cualquier tipo, que no vaya detrás de la falsa perfección guiada por los estándares de belleza, no eres una “beauty queen” (reina de bellza), simplemente cuéntanos algo real. Eso es todo.

Cuando te sientes inspirada, ¿cómo decides aplicar esa inspiración? ¿Cómo eliges si esa inspiración tiene que plasmarse en forma de música, de pintura o como un texto?

No soy el tipo de música que espera que aparezcan las hadas de la inspiración, no. Podría escribir un par de canciones ahora mismo o pintar muchas cosas. Está todo en mi cabeza esperando escapar de aquí (risas). Depende de mi humor, eso es todo.

No es como “Oh, ¡ahí viene y tiene forma de canción! O no… ¡es una pintura!” (risas) Está ahí flotando… Un amigo mío dice que soy una trabajadora muy dura del arte, que soy como tres personas al mismo tiempo: una que piensa, una que sueña, una que trabaja y se deprime. Porque siento que necesito “vivir” antes de hacer algo. No soy de los que tienen que estar todo el tiempo componiendo o pintando, antes de esto necesito aburrirme. Creo que esto es muy importante, la mayoría de la gente odia aburrirse. Yo me paso un poco de los límites de todos modos con esto de aburrirme (risas) en plan “¿escribo una canción o me suicido? Ok, escribo una canción”. (risas)

Cuando era pequeña le decía a mi madre “estoy muy aburrida, ¿qué puedo hacer?” Y ella era muy clara “Abúrrete, ya encontrarás algo”. Creo que esto es súper importante y yo se lo digo a la gente que tiene niños, por favor, dejen que se aburran.

No es tarea fácil…

Lo sé, tengo amigos que tienen niños que van a piano, luego a ballet, luego a inglés, jo… Déjenlos ser. Así es como encontrarán su propia voz.

Gaye Su Akyol – foto por cortesía de Electric Castle

Esta es una pregunta más técnico-musical. Tú mezclas música psicodélica con sonidos tradicionales de Turquía, con post-punk, etc. En tu opinión ¿cómo ayudan los lenguajes musicales de Occidente a la difusión de la llamada “música del mundo”?

Mmm… Lo primero que quiero decir es que odio la clasificación de “músicas del mundo” o “world music”. Es una mierda. Es el capitalismo separando al resto de la gente. Si no eres de EEUU o el Reino Unido pues eres “otra cosa”.

Es súper estúpido y raro a la vez, pero claro, todo esto hace que la música se venda más fácil y rápido. Así que siento que mi música no está dentro de estas ideas, es más que esto.

Cuando era una niña y comencé a hacer música, recuerdo que buscaba un sonido que nunca había escuchado. Esto es superromántico, pero mi profesora de música de 6.º grado vino a uno de mis conciertos y me dio un papel en el que yo había escrito a esa edad, que quería hacer música que fuera como una mezcla de Erkin Koray y música tradicional turca y que iba a molar mucho. Me dio ese papel junto con la letra de una canción que escribí para una competencia de música que finalmente gané.

Es como cuando leí a Einstein, te preguntas cómo llegó a la teoría de la relatividad. Y lo que él decía es que siempre lo supo, solo la debía bajar al papel. A mí me pasaba lo mismo, solo que para mostrarla a ti y a toda la gente, debía dar con la fórmula exacta. Y me está dando piel de gallina de nuevo (risas)

Escuchas algo en tu mente y tienes que darle forma.

Sobre Erkin Koray y la música occidental, Nirvana fue lo que abrió las puertas para mí. Así que siento que mi música es todo sobre las guitarras, es el principal elemento, puedo hacer de todo, pero quiero escuchar ese sonido de guitarras. Mi alma y mi mente son mucho más felices cuando oigo ese sonido. Cuando de muy muy joven, como a los ocho años, descubrí a Nirvana, me sentí como “guau, esto es lo quiero hacer, esto me salvará la vida” (risas). Fue la respuesta a lo que buscaba. Por esto es que mi música tiene mucho de las raíces del rock, pero también se conecta con mi propia cultura o incluso otras influencias como la música africana, la cual escucho mucho.

Volviendo al punto de partida, el arte no tiene límite y si puedes sentirlo como Einstein sintió la teoría de la relatividad, lo único que queda es contárselo a otra gente, porque tú ya lo sientes. Luego elegirás el medio para expresarlo.

Aquí vuelve la idea de la inspiración, las musas que ya llevas dentro y esperan por salir.

Claro, porque todos llevamos nuestro propio universo en tu mente, en tu corazón y en tu alma, allí hay planetas, animales extraños, humanos (otra vez), bellezas y desgracias. Lo único que debes hacer es escoger los momentos y la forma de sacar todo a la luz, ya sea bailando, llorando o deprimiéndote y muriendo -cosa que no recomiendo (risas)-.

Adriano Mazzeo, Instagram @santodealer

Gaye Su Akyol se presentará en el Festival Boreal de Los Silos, Tenerife, que se celebrará entre el 21 y el 24 de septiembre. Más información en festivalboreal.org

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