Guillo Espel: de raíz folclórica

Guillo Espel

Buenos Aires, Argentina – Guillo Espel es músico y compositor. Se mueve entre el folclore argentino y el mundo de la música sinfónica y de cámara. Lleva más de veinte años escribiendo, arreglando, grabando e interpretando en un estilo que lo compromete con la forma académica de componer, manteniendo presentes los elementos expresados en la música popular.

Durante 2004 editó su CD, Guillo Espel Cuarteto, en el que continúa con su búsqueda estética, conformando un cuarteto de guitarra, marimba, violonchelo y piano. Próximamente, realizará una gira por Centro América, en la que mostrará los temas de su CD, incluyendo sus “Variaciones Sobre un tema de Waldo de los Ríos” para marimba y ensamble de vientos.

Guillo Espel Cuarteto, el CD

¿Qué es importante saber de tu último disco Guillo Espel Cuarteto?

Yo le tengo mucho cariño a este trabajo porque es mi primer CD como intérprete después de trabajar durante catorce años con el grupo “La posta”, con el que hicimos seis discos, muchísimos conciertos, giras, etc. La idea de este grupo me proponía empezar un nuevo proyecto, casi como en los comienzos, en la adolescencia, por supuesto en otras circunstancias, conociendo sitios para tocar, la experiencia, obras compuestas, pero me resultaba muy interesante el hecho de reunirme con músicos con los que no había tocado anteriormente para generar algo como lo que logramos en este trabajo.

Una de mis búsquedas tenía que ver con el sonido del grupo. El cuarteto está compuesto por Alfredo Sucarelli en Cello (en el CD grabó Laura Sánchez), Patricia Lamberti en piano, Marcos Cabezaz en vibráfono y marimba y yo, Guillo Espel, en guitarra. Esta formación, para hacer música instrumental y música instrumental folclórica, resultaba extraña y ambiciosa desde el comienzo.

El repertorio de este disco está compuesto por obras mías y por obras de compositores que admiro y admiré siempre como Manolo Juárez, Atahualpa Yupanqui, Tom Jobim. Sobre el final, aparece la grabación de un concierto para marimba y ensamble de vientos, compuesto por mí y con Marcos Cabezas como solista.

Los orígenes, la carrera, la creación y el estilo¿Cuáles son las raíces de Guillo Espel como artista?

Yo dejé la pelota de fútbol a los once años cuando escuché a Los Beatles, y hoy continúo haciéndolo porque me parecen de lo más brillante que dio la música popular en el siglo veinte. A partir de eso y de introducirme en la discoteca de mi padre, rescaté muchísimas otras cosas, entre las que se encontraban espacios de vanguardia de la música folclórica argentina de los años 60 y 70, con los que me identifiqué fuertemente, como es el caso de Manolo Juárez, con quien estudié luego composición durante ocho años, trabajando con él.

¿Cómo definirías el estilo en el que desarrollas tu música?

Tengo 45 años y estoy trabajando profesionalmente en la música desde hace, por lo menos, 20 años. A veces pienso en los temas que escribía en el año 85, los primeros que grabé, en el primer disco de mi grupo “La posta”, y siempre trabajé ligado a la música folclórica argentina con algunos aspectos de música latinoamericana y emparentado con la música clásica o sinfónica y de cámara.

Esta forma de comentar lo que hago no me convence del todo porque yo pienso que siempre estoy trabajando sobre lo mismo y que estoy simplemente escribiendo música, a veces tomando ritmos folclóricos, a veces no, trabajando con materiales en base a una propuesta estética que persigo cuando estoy escribiendo o arreglando una determinada obra. Digo esto, para no marcar esas diferencias que establecen muchos compositores, dentro de los pocos que se dedican a los dos campos en los que se concilia un tiempo para trabajar como músico popular y en otros momentos como músico académico. Yo nunca me sentí así y creo que cuando interpreto mi música y escucho mis discos, siento que hay un pensamiento camarístico pero una forma de tocar muy popular. Es algo que trato de hacer y que intento transmitir a los músicos con los que trabajo.

¿Crees que tu arte es la continuación de aquel folclore de los 60 y 70 o que si eso ocurre es una coincidencia lógica que viene emparentada con el transcurso del tiempo?

Yo nunca me planteé continuar la vida de ellos. Pero a la vez debo decir que si ellos no hubieran existido seguramente yo estaría escribiendo otra música. Hay un reflejo en una camada de músicos, en la que me incluyo, que inevitablemente, cuando tocamos, la gente que sigue el hilo de este desarrollo musical, entiende que la música de Manolo Juárez, Waldo de los Ríos, Dino Saluzzi, Eduardo Lagos u Oscar Cardozo Ocampo tiene mucho que ver con la música que hacemos nosotros. Pero no se trata de emparentarla intencionalmente.

Si yo sintiera que lo que escribo es “parecido” a lo que escribieron algunos de ellos, seguramente no lo llevaría al disco. Trato siempre de trabajar sobre conceptos míos, aunque puedo llegar a pensar que no soy nada original, ya que la música ha dado tantas vueltas que el concepto de hacer algo nuevo es pura teoría. Lo que sí puedo decir es en cada obra que hago me reconozco, que reconozco unas preocupaciones y un tipo de herramientas que uso para dar el tipo de música que me representa.

Más allá de lo espiritual o de la inspiración ¿Cuáles son esos elementos concretos que utilizas para componer y continuar tu camino?

En principio, espero un tema que me motive a escribir. Aunque suene algo antipático al decirlo, yo no creo mucho en las musas, ni que la música sale del corazón, ni que está en el aire y que uno la capta, porque me parece una actitud megalómana. Pienso que esas son ideas demasiado pesadas como para creer que pueda estar pasándome, si es que verdaderamente existe algo así.

En realidad, creo en el trabajo, en la música como oficio y que lo que está ligado a lo emocional, que es la combinación de esas herramientas, que no son más que melodías, armonías, ritmos, me produce una emoción particular que me hace sentir que estoy bien encaminado. Esta es la premisa que tengo para trabajar un tema o una obra y llegar luego a mostrarla. Después, puede compartirse o no esta sensación con quien escucha la música. Para mí es importante que esto ocurra. Las obras que compongo en el ámbito de la música orquestal ligada al folclore, pueden llevarme ocho o diez meses, de entre cinco y diez horas diarias de trabajo y se representan luego en los treinta minutos de música que dura la interpretación de la orquesta. Sin descartar de plano lo instintivo y lo emocional, creo que hay mucho trabajo racional dedicado a combinar las voces o lograr un determinado sonido.

¿Te preocupa el encasillamiento en un género determinado o son los temas los que te llevan a relacionarte con determinado tipo de música?

Creo que lo segundo, aunque nada es absoluto. Yo me preocupo por el folclore y me siento folclorista. Lo que ocurre es no es mi principal preocupación, el cómo me consideran los demás. La arcilla que tomo para modelar, es una arcilla folcórica. Es algo habitual para mí, plantearme desarrollar cierta idea sobre una chacarera, sobre una cueca o sobre una vidala. Incluso mucha de la música que me encargan escribir, por ser reconocido como folclorista dentro del mundo de la música de cámara o sinfónica, me piden que esté relacionada con el folclore. Por lo tanto, se da una situación ciertamente natural porque tiene que ver también con el tipo de música que buscan los intérpretes. Yo pienso con una gran apertura y es por eso que puedo grabar un tema de Jobim y un concierto para marimba y ensamble de vientos en el disco.

Internet

Quiero mencionar la minuciosidad con la que mantengo mi Sitio Web en Internet. Allí están disponibles varias obras que se tocan en todo el mundo, sigo un historial de mis obras, de mis grupos, pueden escucharse grabaciones en formato digital de mis temas, y trato de dar mucha información de los aspectos a tener en cuenta de la música que yo hago. El sitio es www.guilloespel.com.ar

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