La exquisitez de un jazz suavemente potente

The Paul Winter Sextet - Count me in: 1962 & 1963
The Paul Winter Sextet – Count me in: 1962 & 1963
The Paul Winter Sextet

Count me in: 1962 & 1963” (Living Music, 2012)

El pasado 11 de mayo se celebró un tributo al pianista Dave Brubeck (1920-2012) en la Catedral St. John of Divine (La Catedral de San Juan «El Teólogo»), en la ciudad de Nueva York. Allí estaba Paul Winter tocando al lado de grandes jazzistas como Chick Corea, Paquito D’Rivera, Branford Marsalis, Eugene Wright, Randy Brecker, Jon Faddis y Roy Hargrove, entre otros tantos. Su presencia allí no era un acto del azar.

El saxofonista Winter era un gran talento en las huestes jazzísticas en los años sesentas antes de saltar a otros parajes musicales. Winter luego abrazaba la música de los mundos, hermanaba la naturaleza y la música en algo llamado New Age y rompía moldes y referentes. Winter daba muestra de talento y de eso se percató el productor John Hammond quien lo firmó para el sello Columbia con la bendición de Dizzy Guillespie tras haber ganado un festival de jazz. Y más que hablar de sus atributos biográficos, dejemos que la música hable.

“Count me in” es disco doble que surge luego de una gira por América Latina auspiciada por el Departamento de Estado estadounidense que terminaría llevándolo a tocar hasta la Casa Blanca en noviembre del 1962. Fue el primer concierto de jazz dentro de la casa presidencial por invitación de Jacqueline Kennedy.

El primer disco consta de 17 temas. Los últimos siete capturan el concierto en la Casa Blanca. Algunos de esos puntos luminosos son: “Casa cámara” (Richard Evans), una soberana pieza de bebop tenue en su inicio, con la marcación hirviente de una bossa nova que detona en un repique rítmico de merecumbe. La pieza tiene un atinado sentido del espacio y del suspenso con solos repartidos magistralmente. La versión en directo tiene un repique de percusión parecido al merengue apambichado de la tambora dominicana.
Hay mucho otras piezas que merecen destacarse. Por ejemplo, un aire bluesero de piano se posa en el bajo en el comienzo de “Them nasty hurtin’Blue”(Richard Evans) y se torna en apabullante swing. El tú a tú de trompeta (Dick Withsell) y sax alto (Paul Winter) la hace aún más inolvidable.

Winter fue unos de los primeros en adentrarse en Brasil y este es una prueba fehaciente de su conocimiento. Dos piezas de los brasileños De Moraes y Jobim y tan retomadas como “Insensatez” y “Chega da Saudade” caminan con aroma fresco y con una percusión vivaz.

El segundo disco grabado en 1963 tiene otro elenco con excepción de Dick Whitsell y el pianista Warren Bernhardt que aparecen en ambas veladas. Por igual, tres metales que nos da una sensación de una pequeña gran orquesta. Quince temas a la altura de la exquisitez del primer disco y que aún suenan tan encantador en esto tiempos. “Count me in” es dos horas de cadencia exquisita y continua.

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