El equipo de Mundofonías ha tenido el placer de desplazarse hasta la lejana isla de Borneo, a unos 12.000 kilómetros de nuestra ubicación habitual en Madrid, para asistir a la primera edición de la Borneo World Music Expo, la decimoquinta del Rainforest World Music Festival y a visitar algunas de las maravillas naturales de Sarawak, por invitación del Departamento de Turismo de este estado federal perteneciente a Malasia. Por ello, vamos a dividir nuestro relato de esta experiencia en tres entregas, empezando ya por la primera edición de la Borneo World Music Expo.
Viajar hasta Borneo no es moco de pavo: desde Madrid, 24 horas por lo menos entre vuelos y conexiones en los aeropuertos no hay quien te los quite, y eso si no te toca alguna espera de 7 horas, como me ocurrió a la vuelta, o que algún retraso te haga perder la conexión y tengas que hacer noche en alguna ciudad, como le pasó de vuelta a su Nueva York al director de la Borneo World Music Expo, Gerald Seligman. Gerard fue uno de los fundadores y director del Womex y ha impulsado mil y una historias musicales y viajeras, desde el subsello Hemisphere de Emi hasta la dirección de la National Recording Preservation Foundation, dependiente de la Biblioteca del Congreso estadounidense.
Sarawak es uno de los estados de la Federación Malaya, junto con Sabah, situado también al norte de la isla de Borneo, y la Malasia peninsular, donde se sitúa la capital, Kuala Lumpur. Sarawak y Sabah, ocupan algo más de un cuarto de la superficie de la isla, la tercera más grande del mundo y la primera de Asia, quedando el resto bajo jurisdicción indonesia, a excepción del rico sultanato de Brunéi, que apenas supone un 1% de la superficie isleña.
En Sarawak, junto al importante porcentaje de población de origen malayo, chino y el más reducido de origen indio, son los pueblos originarios de Borneo, como los iban, orang ulu, melanau, bidayuh y otros, los que constituyen el grupo demográfico más numeroso. Si bien la religión mayoritaria y oficial de Malasia es la musulmana, en Sarawak son más numerosos los cristianos, habiendo una importante presencia de los cultos taoísta y confucionista entre la población de origen chino, e hinduista, entre la de origen indio. La libertad religiosa está teóricamente tolerada, aunque en la práctica se encuentra restringida, ya que, por ejemplo, los habitantes de etnia malaya son considerados directamente musulmanes por la Constitución y solo por el dictamen de un tribunal islámico, alegando causas “justificadas” pueden abandonar dicha religión.
En este 2013 y en los días previos a la celebración del Rainforest World Music Festival, se celebró la primera edición de la Borneo World Music Expo en la ciudad de Kuching, un evento que, siguiendo los pasos de grandes ferias mundiales como el Womex y otras de carácter regional, pretende convertirse en referencia para músicos, programadores, festivales e instituciones en esta parte del Globo. Además de ponencias, conferencias, debates y otros actos, hubo ocasión de disfrutar de las presentaciones musicales que tuvieron lugar durante los tres días de la expo, entre el 24 y el 26 de junio.
En la primera velada se presentaron tres actuaciones bajo el epígrafe de la Noche Cultural de Sarawak, con la presencia de Lan E Tuyang, que nos acercaron sus composiciones basadas en la tradiciones del pueblo kenyah, incorporando uno de los instrumentos tradicionales de la isla que ha sido elevado a la categoría de icónico, el laúd sape (pronunciado “sapé”). Tras ellos les llegó el turno a la Highland Bamboo Band, agrupación que nos brindó una propuesta, un tanto deslavazada, basada en las flautas de bambú, interesante desde el punto de vista organológico por la variedad de flautas utilizadas, pero de escaso interés artístico.
Finalmente, la Bisayah Gong Orchestra nos ofreció una interesante muestra de la cultura de las orquestas de metalófonos de la comunidad bisayah, que ellos se afanan en recuperar y reavivar. El cierre de esa noche nos lo ofreció un interesante grupo venido desde Bombay, Oikyotaan, incorporando elementos de las músicas clásicas y populares indias, junto con aires urbanos y una presencia importante del elemento baul bengalí.
El 25 de junio nos trajo la actuación de Rhythm in Bronze, grupo de la Malasia peninsular que también coloca en primer plano los gongs y otros metalófonos del gamelán, creando nuevas músicas para esta antigua tradición, con un resultado más que interesante. Más tarde pudimos ver la actuación de Shangyin Chinese Chamber Orchestra, desde la propia ciudad de Kuching, que interpreta músicas de la tradición china, malaya y de otros pueblos de Borneo en formato de ensemble de música tradicional china (dizi, pipa, erhu…), con la original inclusión del sape borneano, tocado con gran maestría por Eugene “Sape” Kuek.
A continuación asistimos a la que fue para nosotros y para muchos de los presentes la actuación más mágica y sorprendente de todos estos días en Borneo. Se trata del grupo Talago Buni (“El sonido del lago”… sospechamos que la palabra “talago” deriva de alguna manera del gallego-portugués “lago”, como muchas otras palabras en las lenguas de la zona, como en malayo “sekolah” de “escola”, o “bendera” de “bandeira”). Talago Buni proceden de la población minangkabau de Sumatra Occidental, en Indonesia, y su música tan pronto suena a las raíces de su tierra como nos sorprende con inesperados giros de difícil geolocalización, en una sucesión de sorpresas impecablemente ejecutada tanto a nivel vocal como instrumental. Sin duda, de lo más original y palpitante que ha llegado a nuestros oídos en los últimos tiempos.
La noche acabó con el grupo AkashA, ubicado en la capital malaya, Kuala Lumpur, pero del que forman parte también por dos músicos australianos. Después del impacto de Talago Buni, la mezcolanza ligera de sonidos indios, flirteos flamencos, devaneos jazzies, citas clásicas, reminiscencias new age y otros elementos orientales y occidentales en la actuación de AkashA, si bien destilaba virtuosismo instrumental, se nos antojó demasiado light y previsible.
El último día de conciertos en la Borneo World Music Expo nos brindó la oportunidad de sumergirnos de nuevo en el sonido del gamelán, con los malayos Beringin Emas, en una actuación teatralizada de gran colorido y participación del público. Posteriormente, Sandip Chaterjee, venido desde Calcuta, desplegó sus habilidades sobre las cuerdas del santur, interpretando un raga de la tradición indostánica, dando paso después a la tempestad sonora y coreográfica de Palsandae, desde Corea, un auténtico prodigio de energía, sensibilidad y acrobacia, donde todo tipo de percusiones no dejaban de sonar ni un segundo en medio de cabriolescas piruetas y complejos movimientos escénicos.
Terminó la noche con la actuación de Rafly Wa Saja, desde la región de Aceh (pronúnciese «Aché»), al norte de la isla de Sumatra. La expectativa creada y el atractivo de la peculiar voz e inflexiones de Rafly, junto con la destreza y expresividad de la flauta suling a cargo de Saat Syah, quedó un tanto diluida en canciones que se prolongaban más de lo necesario, perdiéndose en solos de guitarra y bajo que no aportaban gran cosa.
Y así transcurrieron esos días en Kuching, muy interesantes en cuanto a descubrimientos musicales y también por la oportunidad de estar en contacto e intercambiar impresiones e ideas con músicos, programadores de festivales, activistas culturales y periodistas de todos los rincones del mundo, especialmente del Sudeste Asiático, India y Extremo Oriente. Pero aquí no acaba nuestro relato: en la próxima entrega hablaremos del Rainforest World Music Festival.