Madrid, España – La Academia de la Música ha querido distinguir al músico dominicano Juan Luis Guerra con el Premio Latino de Honor, como reconocimiento a su “indudable labor de difusión” de los sonidos de Santo Domingo por todo el planeta a lo largo de más de dos décadas. De este modo, el gran cantante y compositor, una de las más relevantes figuras del merengue, se suma a la distinguida lista de músicos y artistas que dan lustre a este galardón, entre los que se encuentran figuras como Chavela Vargas, Gloria Estefan, Fito Páez, Armando Manzanero, Ricky Martin, Pablo Milanés, Caetano Veloso y, en la pasada edición, Charly García.
Juan Luis Guerra (Santo Domingo, 1956) es uno de los grandes propagadores del merengue en los años 80 y 90; alguien capaz de universalizar un género que hasta ese momento apenas había gozado de repercusión internacional. Por todo ello se le ha considerado uno de los mejores embajadores de su país.
Guerra viajará a Madrid para recibir la distinción durante la ceremonia de entrega de la IX Edición de los Premios de la Academia de la Música, que tendrá lugar el 21 de abril en el Palacio Municipal de Congresos del Parque Ferial Juan Carlos I, de la capital.
Poeta y músico del pueblo, sus canciones se anclan en la propia realidad dominicana, a pesar de sus metáforas y sus vuelos poéticos. “La inspiración surge de la vida, del espacio, de los libros, de la pintura”, reconoce quien no duda en introducir un mensaje social y de compromiso entre ritmos vivos y melodías alegres que invitan al baile. Compositor de éxitos mundiales como Burbujas de amor o La bilirrubina, en nuestro país su gran triunfo lo logra con el álbum Ojalá que llueva café, que vendió más de medio millón de ejemplares.
Antes, ya se había dado a conocer, primero con la banda 4.40 y posteriormente como Juan Luis Guerra y 4.40, con trabajos como El original 4.40, Mudanza y acarreo o Mientras más lo pienso…tú. Después llegarían otros lanzamientos, como Bachata rosa, Areíto, Fogaraté! o Ni es lo mismo ni es igual. Sus composiciones dirigidas a enamorados fueron reunidas en Canciones románticas, hasta el momento su última entrega discográfica.
Espiritualidad y amor
Desde hace años vive dedicado a la espiritualidad, el amor y la creatividad. Convertido al cristianismo, profesa esta religión con mucha fe y respeto. «La solución a los problemas del mundo está en entender la palabra de Dios. Sólo con Dios en nuestros corazones nos apartamos de las cosas que están mal hechas», ha declarado. Su compromiso social lo expresa también a través de la Fundación 4.40, que comparte junto a su amigo de siempre Hebert Stern, médico oftalmólogo. Esta institución benéfica está dedicada a prestar atención médica a las personas más desfavorecidas de la sociedad dominicana.