El músico y cineasta serbio, Emir Kusturica volverá a España para realizar una gira con su grupo la No Smoking Orchestra. En enero pasado, Emir Kusturica ya visitó España con su No Smoking Orchestra para presentar su última película, «La Vida es un Milagro«, así como la banda sonora de ésta. Cuatro fechas con salas abarrotadas que dejaron mucho público en la calle. Paralelamente al estreno de su nueva película, “La Vida es un Milagro”, Emir Kusturica presentó en enero 2005 su nuevo trabajo musical, B.O. de la película, con sus fieles compañeros de la No Smoking Orchestra.
La historia del grupo No Smoking empezó en Sarajevo en 1980. Tuvo un éxito considerable con sus dos primeros discos (84/85). Fue entonces cuando Emir Kusturica, antiguo rockero punk de Sarajevo que acababa de recibir su primera Palme d’Or en el Festival de Cannes, se convirtió en el bajista oficial del grupo. Después del tercer álbum (Greetings from Safari Land) y tras firmar el contrato para rodar Time of the Gypsies (Tiempo de Gitanos), abandonó el grupo.
En 1994, volvió a formar No Smoking con músicos más jóvenes, incluido Stribor, hijo de Kusturica, en la batería. Esta inyección de sangre joven les ayudó a explorar nuevos horizontes en su quinto disco, I’m not from here (1997), dedicado a todas las víctimas de la guerra.
«No Smoking está siempre abierto a cualquier estilo musical moderno. Pero la nueva formación también encuentra inspiración en lo más profundo de la tradición balcánica. Sus nuevos cimientos se basan en el talento de solistas que guían al grupo hacia nuevas tendencias de jazz, folk y música cíngara«, explica su antiguo bajista y futuro guitarrista. Ritmos country, marchas turcas, ritmos clásicos italianos, trompetas cíngaras, sonidos sudamericanos, loops techno-pop, acordeones, base-punk de los Balcanes, tradiciones cíngaras, etcétera: este clamor balcánico lleva el autoproclamado nombre de «unza unza» y lo consideran (¿irónicamente?) «el estilo musical más importante desde el reggae». Y es que, después de la banda sonora de Gato Negro, Gato Blanco, Emir Kusturica ha encontrado el camino tras haber cambiado simplemente su bajo por una guitarra de seis cuerdas.
«Escogí entre la cirugía estética y el rock ‘n’ roll», asegura, siguiendo los pasos de Abel Ferrara, otro director con una gran inclinación por el rejuvenecimiento del sonido. Tanto en sus grabaciones como en concierto, parece resuelto a acabar con toda la historia de guitarras maniaco depresivas trajeadas: no smoking, ¿vale? «