Studio Rio presents The Brazil Connection (Legacy)
Brasil estuvo en el centro mediático con su pasada Copa Mundial de Futbol. La ocasión fue aprovechada para comercializar las manifestaciones culturales de ese gigante del sur. La industria de la música, como era de esperar, desempolvó todo lo que oliera a Brasil. Esto explica en parte este álbum.
Aquí, por antojo, se impone la ciudadanía brasileña a una docena de temas con artistas que quizás nunca pensaron en sonar con ritmos brasileños. No creo que la inigualable Billie Holiday pensara en grabar su “You’ve changed” al son de un bossa nova. Ni mucho menos Marvin Gaye con “Sexual Healing o The Isley Brothers con “It is your thing”. No es coincidencia que todos estos artistas sean del catálogo de Legacy y Columbia, bajo la sombrilla de Sony. Recordemos, que se trata también de mantener estas “marcas” con eterna vigencia, no dejarlas morir.
Lo que se hizo fue aislar la voz de los artistas en cuestión y se les puso un nuevo traje de samba y bossa. Por supuesto, los músicos son brasileños y de mucha calidad. A ese grupo lo encabeza Marcos Valle y Roberto Menescal, dos pesos pesados de la música brasileña. La producción corre de manos de los hermanos Frank y Christian Berman, dos figuras conocidas en estos menesteres. La producción es de primera y no es que estas voces suenen fuera de lugar. Los temas podría parecer que fueron originalmente cantados en estas versiones. Nina Simone, Aretha Franklin, Sarah Vaughan y Dave Brubeck, entre otros, forman parte de la mutación brasileña.
Sin embargo, ese Brasil actual es más que bossa, es más que esa visita nostálgica. Hay un vibrante y experimental escena musical en Brasil, lo último que un brasileño haría sería darle toques de bossa nova o samba a sus temas. Hay tantos géneros para echar manos
La música de este álbum se queda en nada novedoso. Solo muestra una visión reduccionista de un país cuya música más auténtica ni pudo la Copa de Futbol exponer.
Puro oportunismo y si usted se lo quiere tragar, allá usted. Y es que en estos tiempos nadie pone el alfiler en el globo.