Entrevista al multi-instrumentista Amir John Haddad

Amir John Haddad
Amir John Haddad
Amir John Haddad, un multi-instrumentista afincado en Madrid, lleva a cabo proyectos que destacan en la amplia escena musical de la capital española. Provisto de las enseñanzas de los mejores maestros del flamenco y de las experiencias adquiridas en sus giras con las bandas de la música folk y fusión españolas como Radio Tarifa o Chambao, sigue desarrollando sus ideas y talentos en solitario y con los grupos de perfiles nada convencionales: Zoobazar y Members of Parliament.

Además de ser un maestro de los instrumentos de cuerda, Haddad ha procurado dar un homenaje a los guitarreros españoles en su nuevo disco en solitario, “9 guitarras”, en donde interpreta cada composición con una guitarra diferente.

Nacido en Alemania, de origen palestino-colombiano, has vivido ya 16 años en España. ¿Te sientes alemán, colombiano, palestino, español?

Amir John Haddad con uno de sus uds (laúd árabe)
Amir John Haddad con uno de sus uds (laúd árabe)
Es una pregunta interesante, porque siempre he vivido con las influencias de estas tres culturas: Colombia, Oriente Medio y Alemania. Lo que me ha marcado mucho evidentemente es Alemania, porque ahí nací y terminé la escuela. Pero mis padres siempre me han enseñado su cultura, sobre todo la comida y la música que era lo más importante para nosotros. Mi padre toca el laúd árabe y yo de pequeño aprendí a tocar este instrumento y me asimilé a la cultura musical del Medio Oriente. Luego, cuando en Alemania ya no veía el camino con la música, decidí venir a España para mejorar en el flamenco, que también empecé a tocar de pequeño. Cuando llegué aquí, al cabo del tiempo entendí, aparte del flamenco, ¿porque me gusta España? Porque reúne las dos culturas: Sudamérica y Oriente, por toda la historia que ha tenido. Y creo que por esto me ajusto aquí.

Y llevas aquí ya 16 años. ¿Crees que es un país mejor que Alemania para un músico? ¿Hay más diversidad musical?

Con el tiempo, por lo menos aquí en Madrid, he tenido la suerte de encontrar a muchos músicos con una visión o gustos musicales parecidos a los míos. Al ser una ciudad cosmopolita te da conocer varias culturas. Aunque no vine a España por eso, sino estrictamente por la guitarra flamenca. Empecé a tocarla a los 7 años en casa y a los 22 decidí ir a Jerez de la Frontera, a Andalucía para aprender y mejorar con maestros de aquí. Estudié con Pepe Justicia, Enrique de Melchor, los grandes artistas de la guitarra flamenca. Luego el encuentro con otras músicas aquí en España ya fue en Madrid.

Obviamente la mezcla de tus raíces se refleja en tu arte. ¿Si te hubieras criado en otras circunstancias tu música sería muy diferente?

Zoobazar, el grupo de músicas del mundo de Amir John Haddad
Zoobazar, el grupo de músicas del mundo de Amir John Haddad
Creo que sí. Me imagino, por ejemplo, que si mis padres en vez de irse a Alemania se hubieran ido a Uganda entonces hubiera aprendido la música de Uganda y la de mis padres, hubiera hecho otra mezcla, una fusión afro-sudamericana-árabe u oriental.

Para mí lo bueno de haber crecido en Alemania es que he podido disfrutar de muchos estilos, sobre todo de la música anglosajona: el jazz, pop, rock, funk, rock, metal, heavy metal, hip-hop, la música electrónica… Todo lo que aprendí tocando la guitarra eléctrica desde muy joven. Estas experiencias mezcladas con la parte flamenca, la parte árabe, el folclore mediterráneo que me asimilé trabajando con grupos del folk español como Radio Tarifa, Eliseo Parra; todas estas experiencias musicales me ayudaban a seguir un camino que todavía está por explorar. Como siempre he tocado por separado, ahora estoy empezando a unir estos lenguajes y poco a poco formar una identidad más coherente.

Pero todo sigue siendo un juego, no me digo: voy a coger esto y esto, y mezclar con lo otro. Esto va con sensaciones: aparece y lo haces.
 
Tus proyectos abarcan los estilos tan diferentes como el flamenco de tu sexteto “El Amir”, el rock duro de Members of Parliament o la fusión mediterránea de Zoobazar. ¿Puedes decir que a algunas de estas formaciones te sientes más unido que a otras?

Creo que tiene que ser algo parecido a tener hijos: te gustan todos, pero con algunos te entiendes mejor o unos ves más veces y otros menos. En mi caso algunos estilos o proyectos los hago más a menudo, porque nos hemos podido organizar mejor y están funcionando bien, mientras que otros proyectos todavía no los he apoyado tanto: por el tiempo o por no ver el momento de sacar el disco. Por ejemplo el proyecto del rock está más parado, aunque siempre está pendiente y puede aparecer en cada momento. Lo que he hecho más es el flamenco, la fusión, las músicas mediterráneas. Siempre me he movido en esto, en músicas de raíz y de tradición – que el rock también lo es, simplemente que es anglosajón y no tiene 8 mil años sino menos.

Tocas instrumentos muy diversos: desde la guitarra flamenca y guitarra eléctrica hasta los más exóticos como el laúd árabe, saz turco, buzuki griego. ¿Te expresas mejor con unos que con otros, sobre todo comparando la guitarra eléctrica y acústica?

Amir John Haddad con algunos de sus instrumentos de cuerda
Amir John Haddad con algunos de sus instrumentos de cuerda
Entre el mundo eléctrico y acústico hay un cambio de sentimiento muy grande. Primero con el volumen: el sonido de guitarra eléctrica con distorsión evoca otras cosas. Algunos dicen que es más agresivo, yo digo que es más intenso.

Yo empecé tocando el laúd árabe acústico y la guitarra flamenca. A los 12 por primera vez escuché unas cintas de Metallica: “Ride the Lightning”, y “Kill ‘Em All”, unos discos de Metallica de los años 80. Escuché estas guitarras y no entendía: ¿cómo sacan este sonido? ¡Porque no sabía que existían guitarras eléctricas! Así fue que me enteré y empecé también con las eléctricas.

Luego en Madrid trabajé con Joaquín Ruiz, un gran bailador y maestro del flamenco. Él tenía su grupo que fusionaba el flamenco con los sonidos mediterráneos y ahí toqué el laúd y buzuki. En uno de los conciertos me vieron los músicos de Radio Tarifa, un grupo muy importante de música étnica en España, y me invitaron que me juntara a su grupo. Entonces empecé a tocar buzuki, banjo y me compré todos los instrumentos. Como desde pequeño con el laúd he tenido la técnica de púa y con la guitarra la técnica de dedos, ha sido muy fácil para mí cambiar de una técnica o de un instrumento a otro. Aparte, cada instrumento es como un viaje por otras zonas del mundo… 
 
En tu último disco “9 Guitarras” cada tema lo interpretas con una guitarra diferente. ¿Nos cuentas cómo surgió la idea tan especial para grabar un disco? ¿Cuál fue el proceso de elegir un instrumento adecuado para cada canción?

Amir John Haddad “El Amir” - 9 Guitarras
Amir John Haddad “El Amir” – 9 Guitarras
Fue un proceso bastante rápido. Cuando ya tenía ya la música compuesta, me fui a Alemania a un estudio de amigos donde también he grabado mi primer disco, “Pasando por Tabernas”. Un amigo que ha sido el productor ejecutivo del disco, Johannes Inhoffen, lleva 20-25 años vendiendo guitaras flamencas. Él me propuso: si te apetece te doy de las buenas que tengo antes de venderlas, grabamos las canciones y hacemos un homenaje a los guitarreros. Me encantó la idea.

Entonces escoger las guitaras fue en el estudio. Teníamos como 30 guitarras y había que estar decidiendo rápido porque en un estudio no tienes todo el tiempo del mundo. Estábamos ahí dos semanas viendo y comparando sonidos, grabando cada vez y comentando: ésta es mejor, ésta suena más bonito, pero ésta es más dulce, ésta más fuerte…

Me gusta buscar el alma de cada instrumento y sintiendo el sonido y lo que me llenaba decidía: esta guitarra va con este tema. Y creo que hemos acertado, yo estoy muy a gusto con como suenan estas guitarras. Algunas ya no están sino se han vendido. Porque me han preguntado ¿cuándo vas a hacer un concierto con todas? Pues digo: no son mías, algunas ya se han vendido.

Grabar este disco fue un reto bonito, un viaje a través del sonido de cada guitarra. También hemos buscado dar homenaje a cada guitarrero: es a la vez homenaje a la guitarra flamenca y a los constructores de la guitarra flamenca. Creo que nadie lo ha hecho hasta ahora, por lo menos en el flamenco nadie se ha atrevido a hacer un trabajo así.

¿Qué encanto tienen los instrumentos de cuerda para dedicarlos toda la vida?

Es el interactuar con madera. La simbiosis de mano izquierda y mano derecha pisando en diferentes sitios y las cosas que puedes sentir según como lo haces. Me fascina.

Como siempre repito, los guitarreros son los que hacen sonar mis dedos. Sin la madera y la cuerda yo no sería nadie a nivel musical. Es un intercambio: la gente a la que le gusta la madera por cierto concepto: por construirlo y hacer un sonido bonito y a mí por utilizarlo y crear sonidos.

Por supuesto, cuando aprendes a tocar, te domina el instrumento. Pero con el tiempo cambia: tú eres el quien domina, tienes un medio para comunicar, haces lo que te apetece. Yo siempre he tocado de manera intuitiva, muy con el oído. Cuando me dejan hacer un solo en un grupo, toco lo que quiero, o sea, sé que estoy dentro de unas notas y un concepto, pero me voy a sitios que a lo mejor no son de este estilo de música… Pero así nace la fusión musical.

Me gusta mucho variar, no aburrirme de un estilo o un instrumento. Lo que hago con uno se refleja en otro y al final todo esto se combina en un lenguaje musical que para mí es muy personal y auténtico.

¿En qué estás trabajando ahora?

Ahora estamos trabajando en el segundo disco de mi grupo Zoobazar. Hemos grabado ya todas las canciones y ahora estamos haciendo recordings, que significa grabar arreglos e instrumentos encima para dejarlo más lindo, y las colaboraciones con otros músicos. La colaboración que ya hemos terminado es con Jorge Pardo. Ha grabado un solo de la flauta para un tema que tengo en mi disco de guitarra: Al-Mawsisli, un abandolao que vamos a incluir, en una versión un poco diferente, en el disco de Zoobazar. También ha grabado una cantante de Mumbai, Hamsika Iyer, que es muy conocida últimamente por temas como Chammak Challo o Chennai Express y le otorgaron el premio a la mejor cantante de la India. Aparte de ser amiga es una gran artista y ha sido un placer enorme que ponga su voz en un tema. Para esta ocasión he compuesto una canción que está basada en una raga, una tonalidad hindú, y ha quedado muy bien. Estamos pendientes de otros nombres, pero tenemos que confirmarlos y hasta que no lo terminemos sería extraño decirlos. Pero hay sorpresas muy buenas: todavía quedan dos colaboraciones muy importantes con cantantes españoles y una con otro cantante de la India. Espero que con el tiempo y con las fechas podamos realizarlo.

¿Cuándo pensáis sacar el disco?

El disco está previsto para abril. La fecha exacta todavía no sabemos, pero a partir de mediados de abril deberíamos sacarlo para poder hacer una promo y presentarlo el año que viene. Por supuesto también fuera de España, lo que sería interesante tanto para nosotros como para el público de otros países: conocer algo nuevo y diferente. Mi sueño es igualmente poder llevar mis propios proyectos a varias partes del mundo, porque la música que hago es muy emocional y la entienden en todos los sitios. En fin, la música es universal, hay que compartirla.

¿Cómo compones tus temas? ¿Es un proceso duro o un fruto de inspiración?

Soy muy anárquico, no tengo disciplina en este sentido. Lo que hago es toco mucho, no estudio 8 horas al día las escalas y arpegios. Ya llegó el momento donde en el caso de haber una dificultad técnica estudias concretamente esto, pero lo fundamental es tocar. Cuando tocas van apareciendo ideas y si eres sensible captas una idea, una inspiración, que luego tienes que elaborar. Digo que soy anárquico a la hora de componer, porque voy fluyendo, pero una vez que tengo conceptos que me gustan, ahí empieza un trabajo de disciplina: de repetir, cambiar una nota, un acorde o un ritmo, y en esto tardas más. Componer es un proceso duro porque, toques o no, sigues pensando en la música: en formas, estructuras. Me imagino que es como cualquier persona que componga…

Yo trabajo mucho con la intuición y quiero que lo que toque me guste a mí mismo, que valga la pena, que no sea componer por componer. No me gustaría hacer una cosa comercial, sólo un producto. Para mí la música es un lenguaje mucho más amplio y casi sanador, en el sentido de que hace el bien a la gente. En un concierto cada uno viene de su trabajo, de sus problemas y está pendiente de algo diferente. Cuando sale contento, lo considero mi éxito. Esta simbiosis me encanta y cuando compongo quiero dar a mi música un sentido universal para que no solo los flamencos entiendan mi música flamenca, sino mucha más gente.


A la hora de componer ¿qué te inspira?

Es muy difícil. A veces son cosas sutiles, unos sentimientos pequeños; otras veces situaciones concretas: con personas, en ciudades, de viaje; otras veces son paisajes; la música de otra persona o una frase de alguien que te ha influenciado de una manera y no puedes olvidarla. Creo que siendo artista hay que tener la sensibilidad para traducir una cosa en otra, esto es la fuente de inspiración. Empaparte de lo que te rodea: todo puede ser válido, porque todo nos afecta. Hay que ser sensible e intentar ser honesto contigo.

¿Te imaginas la vida sin música?

Me costaría mucho. Me la puedo imaginar sin tocar unos meses. He hecho viajes con mochila sin llevar mis instrumentos: estaba un mes sin tocar y no me ha hecho falta. Al contrario, cuando he vuelto a casa he tenido más ganas y nuevas inspiraciones, porque la cabeza sigue trabajando.

Pero sería muy difícil para mí dejar la música. Realmente ha sido lo primero que he escuchado en el vientre de mi madre: a ella cantando folclore sudamericano y a mi padre tocando el laúd. Ya con tres años cogía una raqueta de tenis y decía a mi mami: Mami, blim blim!

He intentado imaginarme que me gustaría hacer si no fuera música y todavía no lo he encontrado. No sé si es trabajar cuidando un bosque o que siga siendo algo artístico… Me atrae mucho la idea de actuar, incluso cuando era más joven he hecho 5 años de teatro en Alemania. En el escenario tampoco soy de los artistas que se esconden detrás del instrumento, sino miro al público, me comunico con él. Durante los conciertos tienes que estar presente, es una parte de actuar de un músico.

¿Es la música una de las cosas más importantes en la vida?

Creo que es una parte muy importante que embellece la vida. En mi caso es una gran importancia, porque aparte de que me encante, que la viva, es una vía de expresión. Las cosas que no encuentro con palabras o de comunicar con personas del tú a tú las puedo comunicar con ella.

Aparte de eso me da de comer, también es un oficio. Por todo esto es esencial para mí.

En general creo que también debería jugar un papel muy importante en la vida de todos y desde pequeños. No tienes que convertirte en un músico muy bueno, muy virtuoso e importante. Es tener la música como acompañante, como un buen amigo y cada uno elige su mejor amigo y su música.

Discografía:

Pasando Por Tabernas (2006)
Uno, con Zoobazar (Santa Fe / Ojo! Records, 2011)
9 Guitarras (2013)

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