The Garifuna Collective
“Ayó” (Cumbancha, 2013)
Siempre insistimos que buscamos música que logre embelesarnos, que nos emocione. El Colectivo Garífuna no hace nada extraordinario en “Ayó”. Tal vez ese es el encanto. Dejar que la música fluya con naturalidad, sin mucho sopesamiento. Iván Duran, quien produjera el célebre álbum Watina (2007) para el hoy fenecido Andy Palacios, es responsable de la producción. Y que atinada resulta su asesoría.
Constituido por una docena de piezas y un marco estrictamente acústico pese a tener una guitarra eléctrica, “Ayó es un ejercicio de piezas galopantes y embriagante. Un pulso de lento trepidar se apodera de las piezas tal como sucede en “Mongulu” que tiene una base de reggaetón bien disimulado. Otra pieza, “Kame Báwara”, mantiene ese espíritu de buena música latente.
En “Ubóu” , la guitarra eléctrica provoca sin quererlo, al son de una sección rítmica que sabe acomodar esos dulces látigos eléctricos. Joshua Arana, el vocalista de la pieza, dijo recientemente a National Public Radio que esta pieza arranca con la pregunta: “¿Qué anda mal con este mundo? Hay mucha hambre en este mundo y lo que los gobiernos hacen es comprar amuniciones. ¿Por qué se pelean si hay tantos niños pasando hambre?”
Los garífunas fueron esclavos traídos desde el oeste de Africa en el siglo XVI que naufragaron en el Mar Caribe y terminaron repartidos por Belice, Honduras, Guatemala, Nicaragua y el Caribe. Alrededor de 200 mil personas hablan garífuna, que es una mezcla de lenguaje indígenas como el arawak, caribe, inglés, español y francés, sobre todo. En el sur del Bronx, en Nueva York, existe una gran comunidad garífuna estimada en los cien mil personas repartidas en otros condados de la cuidad.
“Ayó”, que significa adiós y que constituye un tributo a la partida prematura del músico Andy Palacios, es una celebración de la identidad garífuna logrado con mucho tino y sin mucho alarde.
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