Orion Zuzenean, el sexto disco de la trayectoria de la cantautora, arpista y pareja del cantautor Benito Lertxundi es una grabación en directo del concierto que ofreciera hace algunos meses en Orio, la población costera de Guipúzcoa (a 16 kilómetros de San Sebastián). Un recital que fue toda una confirmación y también una promesa cumplida: estamos seguramente ante la mejor voz «folk» de Euskal Herria (País Vasco), y, posiblemente de toda España. Al menos, de esas voces que han aparecido, impetuosas por su entrega y calidad, en los últimos lustros.
Acompañada de un excelente trio instrumental (guitarras, bajo eléctrico y batería), más la aportación cada vez más decisiva y solvente de Gratxina Lertxundi (flauta travesera, teclados, segundas voces), Olatz viene construyéndose un mundo poético y musical tan pertinente como auténtico. Un mundo sonoro que bebe de las fuentes de la rica tradición popular vasca y también de otros elementos contemporáneos: las influencias de la irlandesa Enya, la norteamericana Suzanne Vega y de la música ancestral bretona, entre otras, se funden naturalmente y con autoridad en una voz cálida, sugestiva, cada vez más perfeccionada.
Ni que decir tiene que el espíritu de Benito Lertxundi aletea a lo largo y ancho de su personalidad, y, por tanto, también en el recorrido de este disco doble y en directo. No en vano, Olatz viene figurando regularmente en el grupo acompañante de «El bardo de Orio» desde hace al menos tres o cuatro décadas (una dedicación tan profunda hace que las cifras temporales se desvanezcan). Por si fuera poco, Benito ha participado decisivamente en la producción de este cedé.
Olatz así lo reconoce en numerosas ocasiones, y aquí no podía faltar. Varias canciones del repertorio de Lertxundi figuran en este recital : «Americara noa» -esa triste canción de exilio y despedida de lo queridos «aitas» y «amas»-, el tema dedicado a los remeros de la ría de Orio, los acordes sublimes del legado del arpista invidente céltico Turlough O´Carolan,…en realidad, cualquier pieza del amplísimo repertorio de BL, la podría arreglar y presentar Olatz en su propia versión: son muchos momentos de complicidad y colaboración en los escenarios, en los estudios de grabación y en toda clase de ambientes familiares.
Pero Zugasti ya tiene un «listado» de temas propios de amplia extensión numérica y elevada envergadura estética. Canciones procedentes de sus discos anteriores (a excepción del disco dedicado a temas populares infantiles, el segundo LP de su trayectoria, y es una pena, porque era un trabajo absolutamente logrado y entrañable). El núcleo central de la grabación lo constituyen las canciones de su anterior trabajo, «Ur goiena, ur barrena», y no es de extrañar, porque significó el salto decisivo y cualitativo en el devenir de su obra. «Orionen» no supera a su predecesor, que contaba con una mayor unidad estilística y mayor rotundidad formal, sin apenas fisuras.
Pero Olatz sale con nota suficiente de esta nueva experiencia, que resultaba ya imprescindible para su madurez y para su enfoque hacia el futuro como «animal escénico», más allá de sus corroborados atributos como compositora e intérprete. Por lo demás, los discos en directo corren siempre el peligro de no captar toda la atmósfera respirada el día del concierto. Aquí sucede algo de eso. La participación requerida del público asistente, coreando algunos de los temas más populares, no se muestra tan explícita y coral como sería deseable. En esto, la sombra del gran Pete Seeger es alargada: nadie como el maestro desaparecido del folk para solicitar y lograr la comunión con sus fieles (recordemos «Guantanamera» o «We shall overcome», entre tantos ejemplos posibles y disponibles).
Con sus muchos «pros» y sus pocos «contras», Olatz Zugasti sale airosa de la prueba y da otro paso al frente, en la búsqueda, siempre inagotable de la redondez artística. Como diría Bob Dylan, «Cuando pinte mi obra maestra…», una aspiración lógica de todo músico, pero imposible metafísicamente de lograr. Lo esencial no es la meta de llegada, es el camino a recorrer. Y este se aprecia en Olatz cada vez más rebosante y surtido de bellezas pequeñas o grandes, pero bellezas a fin de cuentas.
Olatz Zugasti y su banda presentarán este disco el día 4 de diciembre en la sala BBK de Bilbao, el jueves 5 en su localidad natal, Hernani y el 23 de febrero en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián. Aunque es posible que se agreguen aún nuevas fechas y lugares a esta lista inicial.