La compañera de Benito Lertxundi edita su quinto disco y da el gran salto en los escenarios vascos
Intérpretes: Olatz Zugasti (voz, arpa, teclados, guitarra acústica, letras, músicas, programación); Ander Ederra (guitarras acústica y eléctrica); Joanes Ederra (bajo eléctrico); David Gorospe (batería).
Escenario: Teatro Leidor, Tolosa (Guipúzcoa)
Fecha: 24 de marzo, 2017.
Olatz Zugasti (Hernani, 1965) ha dado el gran salto. Conocida ya por sus cuatro discos anteriores (1), y, sobre todo, por el acompañamiento fiel, dedicado y decidido al «Bardo de Orio», Benito Lertxundi, desde hace muchos, muchos años, trabajos discográficos y decenas de recitales en directo, ahora, empujada por su propia vocación y alentada por su hija Gratxina, ha emprendido el camino de la emancipación artística y de la madurez absoluta como creadora, compositora, letrista e intérprete en directo. «Si no las canto al público, ¿para qué hago estas canciones?», se ha preguntado Olatz a sí misma con toda propiedad.
El resultado ha sido, es y será fascinante. Estrenó su quinto disco, este «Ur goiena, ur barrena…» en el teatro de los Campos Elíseos, de Bilbao, en noviembre de 2015, seguido de otros recitales en el Victoria Eugenia donostiarra, en Durango, Bayona, y su propia localidad natal, en diciembre del citado año.
Ahora, una segunda tanda de presentaciones, le ha llevado a Tolosa y a Urretxu, en sendos recitales similares y en cierta forma diferentes, por la propia personalidad de los entornos: el más urbano de una gran ciudad, y el más rural de una pequeña localidad próxima a Zumárraga y a la hermosísima región del Goierri, repleta de bellezas naturales.
En Tolosa, cuatro o cinco centenares de espectadores pudieron asistir a una suerte de embrujo colectivo, presidido por una pequeña «sorcière» de alto alcance. La cantante/arpista se ha transformado, por arte de pura alquimia, en una figura de primera magnitud en el panorama de la música popular vasca, valga decir igualmente universal, en el sentido en que el buen arte atraviesa fronteras y límites materiales.
Varias sorpresas ofrece ahora Olatz Zugasti en directo sobre un escenario: la primera, la presencia absolutamente fascinante de su figura, en principio apegada a su arpa céltica, pero pronto ampliada en otros formatos sonoros : teclados (ya consabidos) y…oh, maravilla, la guitarra acústica, de la que no conocíamos su maestría. Así, Olatz amplia su paleta de recursos y colores, siempre sustentada por una voz tan personal y rica como (nuevamente) embrujadora, y por el apoyo de un trío instrumental de preciso sonido, eclécticas formas y formulaciones altamente estéticas.
Y, por momentos, recordamos sus muchos pinitos anteriores en las sendas de las tradiciones sonoras célticas, ancestrales o modernizantes (el arpa es el símbolo de esa Irlanda tan querida por la intérprete, y, por otra parte, la influencia positiva de la excelsa Enya ha estado bien presente en su obra en los pasados años).
Pero ahora añadimos nuevas referencias: con su acústica bien afinada y de orientación folk, Olatz se acerca a las creaciones de dos figuras tan admiradas y solventes de los últimos 30 o 40 años como Suzanne Vega (la autora de «Luka» y otra docena de maravillas, a quien Olatz admira profundamente) y de toda una leyenda como la canadiense Joni Mitchell, la creadora de «Both sides now», «Blue» y tantas piezas de inspiración «californiana». Y a través de ellas, Olatz llega incluso a las proximidades de un sonido folk-rock que le viene como anillo al dedo en las ocasiones necesarias en que un recital debe abrir nuevas perspectivas. Incluso en la pose semi-rockera, se aprecia un gran cambio en su entrega.
Con los recitales, Zugasti da buena cuenta de su repertorio actual, basado en el material del cd citado. Tras una introducción al arpa, y bajo los focos de una envolvente, sugerente atmósfera de luces, que hacen más atractiva aún su figura, comienza el rosario de canciones, todas ellas destacables por un motivo u otro, cuando no por varios.
«Agur eta ohore», letra de Olatz, música sobre una melodía tradicional irlandesa adaptada por Brendan Graham, se estrenó en Orio, 2014, con motivo de la fiesta-carrera popular Kilometroak, organizada por la ikastola de la localidad. Es un tema de salutación al público que se ha acercado al recital: «Bienvenidos a nuestra orilla», se dice en el texto. La canción tradicional fue utilizada como sintonía en el programa «Big music week», de la Irish RTV. «Una canción de amor a la isla Esmeralda, en tiempos de dificultades».
«Bizitza ederra da», también del ultimo cd, dice así, en palabras de su autora : «Aún escucho tus bonitas palabras que, como un eco, intentan ensordecerme…La vida es bella, déjame llegar a la fuente de mis deseos…La naturaleza me enseña a tomar conciencia de lo que soy, y que cada uno vive en su propia actitud».
«Mezularia» es otra música de B. Graham: «Inspirada en mi hija Gratxina, la letra surgió cuando la escuché a ella interpretar al piano el «Nocturno», de Chopin», confiesa O.Z. «La referencia al «vuelo del aguilucho es porque anteriormente Gratxina pertenecía al club de remo de Orio y ese es el apodo que se les da a los remeros: los «aguiluchos». También Benito Lertxundi les ofreció un homenaje en el tema «Mirotzak:»Escucho que llevas la semilla del todo, que en tí habitan las estrellas, el sur y el mediodía…»
«Ur goiena, ur barrera…», que da título al disco, está basada en un tema tradicional, arreglado por Olatz. «Es una canción recogida en Urdiáin, Navarra, por el antropólogo y folklorista Resurrección María de Azkue, y que se sigue cantando para dar la bienvenida al Nuevo Año. Es como un un rito ancestral en torno al agua como elemento purificador y sanador. Hay bellas imágenes literarias de la naturaleza en invierno en este bucólico paraje vasco», dice Zugasti. «El Año Nuevo nos hará mejores…En las heladas, repletas de nieve, largas noches del invierno, mientras la gente duerme calentita en sus camas, pobres de nosotros, vamos descalzos…Que la paz entre en esta casa, trayendo quietud y fuerza, bienestar y salud…El Nuevo Año nos hará mejores»…Uno, en este punto, no puede dejar de recordar a la también canadiense en su gran álbum «(Canciones) para ahuyentar el crudo invierno» (2)
«Gau Hotzenean ere», letra popular, música de Olatz, viene inspirada en la narración histórica «Pedro Mari», del escritor Arturo Campion. «El prota de la historia decide huir a América, ante la perspectiva de la guerra entre Francia y España (guerra de la «Independencia», sic), puesto que está obligado a luchar contra familiares y amigos, que viven al otro lado del monte Izpegui. En el viaje hasta Cádiz, donde espera embarcar, el objetor es apresado durante una redada y aunque es navarro y está legalmente exento de participar en la contienda, es reclutado…por la fuerza, claro está». Una historia aleccionadora, tan vieja y tan actual como el propio mundo.
«Bakean ala otzandua» es una contribución poética al disco y una pincelada de cotidianeidad «Como los sueños en tu memoria / cae la lluvia por la ventana / Tratas de sonreír mientras te maquillas delante del espejo /como todas las mañanas…». Una melodía envolvente, acariciante embellece y ennoblece un texto no por sencillo menos evocador.
«Americara noa» pertenece al terreno de las grandes creaciones nostálgicas y emotivas. Olatz la ha interpretado decenas de veces al lado de B. Lertxundi, quien la incluyó en su «Pazko gaierdi ondua», disco crepuscular donde los haya. Son unos versos de Pello Mari Otaño, que intenta describir el dolor infinito de la separación familiar, de la emigración no deseada («I pity the poor inmigrant», dijo el oráculo en «Johnn Wesley Harding»). «Un hijo marcha a América en busca de un mundo mejor y se despide de sus padres…»· La música, de una tristeza cósmica, no hace sino remarcar la angustia del momento.
«Sena». La faceta más lírica: «Saber que vaya donde vaya tu estás ahí / sentir que mi espíritu se fortalece a cada paso… Podré conocer ríos, montañas, grandes ciudades con puertos, pero eres tú quien camina conmigo / el que me enriquece aún cuando se pierda la luz… ¿cómo no detectar las trampas, estando tú ahí…». El feminismo militante anti hombre queda denunciado aquí en toda su amplitud. El enfoque de esta nueva mujer (que, por fortuna, se va imponiendo cada vez más) es el de un humanismo femenino, uno que comparte, alimenta, apoya la relación de dos, manteniendo su integridad, su combate, la autonomía de mujer violentada, despreciada y objetualizada por los siglos de los siglos.
«Itxaropen kantua», letra tradicional, música de O. «Es un tema para grabar en un próximo disco, seguramente» -señala su autora-. «No embrujarás mi mente con palabras vacías, ni ocultarás tu violencia con cantos de paz…». Aviso para navegantes, y advertencia para quien quiera escuchar. El armisticio con un pueblo no se hace a base de «concesiones», sino reconociendo su identidad propia, respetándola, incluso alentándola. Lo demás son cuentos.
«Bat, biga, hirun…», o sea, «Uno, dos, tres…» se incluye en el nuevo álbum. Hermosa melodía, poema delicado, texto revelador y escéptico una vez más: «(Asistimos a)una competición a ver quién dice la frase más hermosa, en la alegre fiesta del absurdo, cercados por lo mismo de siempre…hasta hacer entrar a todos en una densa niebla de vana esperanza…»
«Azkenean Kaymandu» pertenece a un álbum anterior de Olatz, concretamente al de 2002, «Elearen Lainoa». Es un texto de Zugasti inspirado en un escrito del alpinista Juanjo San Sebastián, quien cayó en una grieta escalando el Himalaya y pasó varias horas allí dentro, antes de ser rescatado por su amigo Atxo Apellániz. Habla de los pensamientos que le vinieron a la mente en esa dramática situación, la imagen de su amiga Miriam García, aventurera y deportista, que había fallecido a causa de una avalancha montañera…
De ese mismo trabajo discográfico, se ha recuperado «Serriketan Barna», texto del mítico vate Itxaro Borda musicado por la polifacética artista. Es, simplemente, una canción de amor. Nada más, nada menos.
Volvemos al contenido de «Ur goiena…» con «Joko Arauan».Fluye así : «Todas las pequeñas agresiones no son más que parte de una agresión principal… ¿acaso el reglamento impuesto -léase, las leyes- y la agresión no son la misma cosa para nosotros?…Cuando quieran debatir de derechos, de cantos de sirenas, aléjate y disfruta de nuestro hermoso paisaje». Olatz en su faceta más política, alegórica, descreída de las verdades oficiales para Euskal Herria (País Vasco).
«Isilpeko atea» cierra el disco y abre una nueva ventana a la reflexión amorosa : «Déjame ahora decir adiós a cada beso que no me diste, déjame decir adiós a lo que fue y pudo haber sido, y a lo que pasó…Apareciste como un duende ante mis ojos, que nada esperaban; ahora eres un regalo que me ha sido arrebatado, el recuerdo del querer y no poder…Descansaríamos al calor del fuego y en el embrujo de nuestros viejos cuentos y canciones, y nos daríamos cuenta de qué difícil es hacer historia mirando al pasado…». No más comentarios; a buen entendedor…
«Itoiz» es una música popular a la que ha añadido la poetisa un texto bastante desgarrador: «Las manos de Itoiz / heridas por la injuria / nubes negras en el cielo / y una plegaria en los labios… Ay, nuestra higuera / tu generosa sombra /lecho de dolor / ahogada en la negación… Ay nuestro viejo huerto / alce el vuelo / junto con el halcón / Tu llanto que emerge de lo más profundo / Nubes negras en el cielo / Y una plegaria en los labios». Para quien no quiera recordar, para quien quiera olvidar…
El escritor y periodista Pako Aristi es el autor de las palabras de «Biizitzaren baitatik», a las que Olatz ha puesto cauce melódico. Prosiguen las ofensas y las reivindicaciones terrenales: «Ningún dios nos eligió / no hemos tenido que ganarnos su compasión…No es la vida la que pasa a diario / sino nosotros los que pasamos a través de la vida / sin provocar ningún espasmo a la eternidad / buscando el día en el que olvidamos que, en nuestra Nada, somos el Universo».
El recital de Olatz Zugasti en Tolosa finalizó con «Sorgikeran galdu», nueva creación sobre base tradicional. «Figurará seguramente en mi próxima grabación -atestigua-. Es un estilo musical muy «swing manuche» que me sirve para presentar a los músicos durante mis conciertos en directo… Esperas algo (el amor, sin ir más lejos, y por ejemplo) y acabas embrujado por algo diferente, que también está bien; lo importante es la actitud».
En los consabidos y reclamados «bises», OZ encara «Bizirik Gaudelako», letra y música gentileza del «irish man» Brendan Graham. El poema «Isle of hope, isle of tears» es adaptado al euskara por Olatz, quien lo incluyó en su cd «Gau hotzenean ere». Es una canción de amor de la escuela pública vasca (ikastola) al pueblo de donde surgió, el mismo pueblo, la misma gente que, con gran esfuerzo, posibilitó en el pasado su aparición. «Aunque el principal objetivo, preservar la lengua propia, se ha alcanzado, permanecen otros objetivos que también deben ser logrados».
Y «Kantu baten bila nabil», del disco del mismo nombre, supone el segundo «bis» y echa el cierre a la hora y cuarenta minutos de magia. Declaración de principios final : «Explorando mi curiosidad adolescente, y mi naturaleza amable, ellos me enseñan a diferenciar lo correcto de lo equivocado…Estoy buscando un tesoro, estyo buscando un tesoro…En mis pasos, en mis palabras, en mi soledad…todo lo que tengo es limitado…Revelo lo que está escondido…estoy buscando una canción, estoy buscando una canción».
La has encontrado, Olatz. Has encontrado muchas canciones. Tú, que vienes persiguiéndolas, y buscándolas con tenacidad inacabable, de curiosa adolescente, como dices tú misma. Has perseguido, descubierto canciones desde hace muchos años. Durante doce perseguiste canciones en tu programa radiofónico «Radio Kantuita» (Irratia Radio, 1994-2006), que tenía una sintonía (al menos, durante un largo tiempo, que uno sepa) a cargo del grupo femenino finés Värttina. Ya demostraste tener inquietudes, amplitud de miras, desde aquel ya lejano día. Después, tu vida al lado de tu mentor y maestro Benito Lertxundi te llevó al seno de su amplio y normalmente excelente grupo de acompañamiento. Allí te curtiste, allí te forjaste, allí aprendiste con el mejor catedrático.
Ahora (desde hace ya veinte años) todo eso sale a flote. Lo demostraste en Tolosa y en Urretxu (Urrechu) estos pasados días. Lo seguirás demostrando en el futuro. La nueva canción femenina (que no feminista combatiente) en euskera tiene en tí una adalid. El futuro te pertenece, nos pertenece a nosotros contigo, con vosotros. ¡Vamos a por él!.
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(1). Discografía de Olatz Zugasti : «Kantu baten bila nabil» (Elkar, 1991).»Bulun bulunka» (Elkar, 1998) disco dedicado a canciones y juegos infantiles, o, mejor dicho, con los niños como protagonistas centrales, incluido el coro infantil de la ikastola de Orio con el que finaliza el disco (ausente, ay, de los recitales actuales de Olatz). «Elearen Lainoa» (Elkar, 2002). «Gau Hotzenean ere (Elkar, 2010). «Ur goiena, ur barrena…» (Elkar, 2015)
(2) Loreena McKennitt. «To drive the cold winter away»(Quinlan Road Productions, 1987)