Festival Afriques 100 %. Parque de La Villette. París. Días 30 y 31 de marzo y 1 de abril de 2017.
Tres apasionantes días de músicas negras enmarcaron el amplio festival multidisciplinar Afriques 100 % en su segunda edición, celebrada en el muy cuidado, atractivo y acogedor Parque de La Villette, al noreste de la ciudad del Sena. Un entorno realmente sugerente para un cartel, a priori, no menos prometedor.
No se vieron defraudadas las expectativas. El programa anunciado se cumplió al pie de la letra, a rajatabla. El numeroso público asistente disfrutó de lo lindo, bailó sin desmayo y gozó de todos y cada uno de los espectáculos propuestos, incluida la magnífica exposición de 42 instalaciones de tantos otros artistas, titulada “Afriques capitales”, situada en una amplísima nave dentro del mismo recinto.
Oumou Sangaré
Pero, sin duda alguna la gran triunfadora del festival de este año fue la veterana, pero aún muy resplandeciente estrella femenina de la música “wassulu”, Oumou Sangaré (Bamako, Malí, febrero de 1968).
Una de las mejores voces de las sonoridades contemporáneas, Oumou, originaria de la zona sureña del país, Wasulu, presentó temas de su próximo, inminente, sexto álbum de estudio, tras el aclamado “Seya” (“Alegría”), editado mundialmente por World Circuit en 2009.
“Única y poderosa, la voz de Sangaré se impone inmediatamente con su gracia sutil”, escribía su mentor e introductor en Europa, Florent Mazzoleni, en la carátula del disco doble colectivo “Mali All Stars. Bogolan music” (Wrasserecords, 2013).
No solo la voz, sino también la imponente y magnífica presencia escénica de Oumou se impusieron en La Villette, en un recital que fue de menos a más, explotando casi al final con una celebración global de júbilo y empatía con el joven público asistente, mucho del cual se subió al estrado para bailar al lado de la diva. Un momento mágico, colorista y cercano al trance colectivo.
La figura de Oumou Sangaré habrá que situarla ya en el Panteón (viviente, en su caso, por fortuna, y por muchos años) de las más preclaras y queridas voces femeninas de todos los tiempos en el continente, al lado de la egipcia Om Kalzoum, las sudafricanas Miriam Makeba y Brenda Fassie, la argelina Cheikha Remitti, la saharaui Miriam Hassan (recientemente fallecida), la zimbabuense Chinowiso (DEP, igualmente) y algunas más (Angelique Kidjó, Rokia Traoré, Cesaria Evora, Souad Massi…).
Dominadora total del tablado, Oumou desplegó una gama de registros vocales realmente notable, una expresividad corporal prodigiosa (pasos de baile incluidos) y, lo que es aún más esencial, canciones tan emotivas como la dedicada a su mamá / y a todas las madres del mundo), que se incluirá en su próximo cd.
Apoyada vocalmente en otras dos apreciables voces coristas (de gran belleza física, además) y sustentada en todo momento por una amplia orquesta de músicos de muchos quilates, Oumou desplegó fuerza, creatividad, sabiduría musical por los cuatro costados. Un éxito, el suyo, total y conmovedor.
Desde su primer álbum, “Moussoulou” (“Mujeres”, que vendió decenas de miles de copias, World Circuit, 1990) hasta su madurez absoluta actual, Oumou ha transitado el camino hacia la gloria que ya el inolvidable folk-singer norteamericano Woody Guthrie proyectó para su vida (de forma bien irónica, en su caso).
“Sensual y profunda, la voz de Oumou congrega emociones profundas” (Mazzoleni). Marcada por una infancia más bien infeliz (su padre abandonó a su esposa, emigrando a Costa de Marfil), Oumou ha superado en su vida altas barreras afectivas y vivenciales, llegando a convertirse en embajadora de Buena Voluntad de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Su discografía incluye también títulos como “Ko sira” (1993), “Worotan” (1996), “Oumou” (2003”) y los ya citados “Mousoulou” (1990) y “Seya” (2009). Ahora, esperamos impacientes la edición de su nuevo trabajo.
Mbogwana Star & Afrotonix
Las jornadas musicales de La Villette se iniciaron con la aparición del grupo congoleño M.Star & Afrotronix, surgido de una de las escisiones de los ya consagrados y conocidos Staff Benda Bilili.
Conservando lo mejor de estos últimos, esa hipnótica imagen visual que parte de la discapacidad física (que no mental, ni extrovertida) de algunos de sus integrantes, el grupo calentó los motores, caldeó el ambiente de la sesión inaugural, con un “set” donde brillaron el ritmo arrollador, el jolgorio contagioso del repertorio y la sorprendente sonoridad, un tanto paródica e irónica, de algunos instrumentos de fabricación doméstica, ideados por la banda o asumidos de la herencia anterior.
Un concierto no por reiterativo y recurrente en sus formulaciones sonoras, planteado desde la diversión de cara a una audiencia dispuesta a perdonarlo todo, menos la carencia de frenesí bailongo.
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Foto de cabecera: Oumou Sangaré, realizada por Eva Feito Casado