Chango Spasiuk, el artista reconocido internacionalmente por su gran talento y implicación al difundir el chamamé – la música folclórica del nordeste de Argentina – ha estado de gira por Europa durante todo el mes de marzo. En este viaje recorrió los países desde España hasta Polonia, dando de conocer su música en el este de Europa, de donde hace cien años emigraron sus abuelos.
En Madrid fue recibido en la mítica sala Clamores por el público bastante variado: los argentinos pendientes de volver a escuchar la música que forma un componente inseparable de la vida en La Provincia de Corrientes y sus vecindades y, por supuesto, los aficionados a las músicas étnicas de todas las partes del mundo.
El acordeonista presentó una selección de canciones incluidas en sus discos anteriores, con acompañamiento del excelente Marcos Villalba en la percusión y la guitarra, Diego Arolfo en la voz y la guitarra y Pablo Farhat en el violín.
La voz entrañable de Diego Arolfo derretía el corazón en los clásicos del chamamé: Viejo caballo alazán o A Villa Guillermina, mientras que los instrumentos deslumbraban invariablemente, tanto en las piezas ejemplares de la tradición chamamecera como en las composiciones propias de Chango, entre ellas la ya famosa Chamamé crudo.
La pasión de Marcos Villalba lo llevó a romperse las uñas al crear los sonidos más bellos y auténticos, cuales nos transportaban con facilidad a estos regiones nordestinos de Argentina donde tuvo lugar el invaluable mestizaje de la música guarní con las del este y oeste de Europa.
No cabe duda de que Chango ha logrado su anhelo musical – de sentirse a salvo a la hora de tocar, hasta unirse con la música. Mientras daba la vida a las melodías alucinantes de su acordeón, parecía alejarse a otros espacios y tiempos, paseándose por las tierras soleadas de Misiones, reviviendo su niñez en el campo, llena de música, el baile, las culturas diversas e inspiradoras. A veces conseguía secuestrar a algunos de los oyentes, llevándolos a visitar estos imágenes de sus recuerdos, a escapar de las preocupaciones, liberarse de los pensamientos por un instante.
Sin duda Chango es un músico con objetivos musicales muy singulares y este concierto reflejaba su carácter – la tranquilidad repleta de vida, la chispa de lo místico encontrada en las cosas más simples, la perfección y libertad unidas. Aunque fuera un encuentro fugaz, los espectadores apreciaron cada momento de esta energía y sutileza con la que se expresa Chango.