Chris Washburne & The Syotos Band
«Low Ridin’» (Zoho Music, 2015)
Versionar es de la predilección de la industria de la música. Toma los llamados estándares a expensas de que los clásicos del mañana estarán postergados. El trombonista Washburne, que posee bastante rodaje musical al lado de destacados artistas, se lanza a reinterpretar unos referentes rockeros de los años setenta.
El trombonista estadounidense sabe a su antojo que hacer versiones es formula harta conocida. Y en este caso, cuando se trata afrocubanizar o inyectarles el Caribe a unas piezas, a unos les basta con poner unas congas y güiros encima de esas canciones conocidas y el toque exótico está ya dado.
Versionar tiene su atractivo. Y es esa familiaridad con ese fragmento melódico que tendrá eco fácilmente en miles de seguidores. Hay que buscar, empero, esas aristas y perfiles frescos para que estas sean relevantes.
La práctica de Washburne, como la de otros, es soltar la melodía conocida y luego distanciarse de ella para elaborar otra narrativa.
El repertorio de «Low Ridin'»es propio de esa época psicodélica los setenta. The Doors, Jimi Hendrix, Neil Young, Lou Reed son varios de los tantos pasados por las aguas acidas del mambo, los cuales escucho durante su juventud en Ohio.
Una de esa canciones es «Low Ridin'» que simbolizaba la cultura urbana chicana y la cultura del automóvil popularizada por el grupo War. Unos resquicios llaman a un cha cha chá con piano cristalino de Yeissonn Villamar, un saxo alto vertiginoso de Ole Mathisen y un fondo armónico sugerente. El tema es simple. Nada extraordinario.
Otra pieza como «Kashmir» galanea vuelo creativo. El tema que en la voz de Robert Plant y Led Zeppelin llegara originalmente a nuestros oídos, muestra un lento, pero intenso dinamismo. Washburne marca su terreno con el trombón que abre paso a un saxo abstracto. La pieza se carga progresivamente de drama. Unos metales se invitan y se lanzan al llamado y respuesta. Cambia de tiempo con tono intrigante mientras camina. Es el clímax del repertorio.
Las piezas restantes, nueve en total, tienen sus altas y bajas. Se destaca sobre todo, «Get up, stand up» (Bob Marley) con una soberana columna rítmica en tanto que el trombón de Washburne «Walk on the wild side» sustituye mágicamente la voz de Lou Reed en este célebre tema.
«Low Ridin» es el sexto trabajo de The Syotos Band y no se erige como un disco fundamental, pero complace. Si hubiese sido más rupturista y riesgoso, otra sería la historia. Claro, esos arreglos de metales son memorables.
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