The Stanley Clarke Band
“Up” (Mack Avenue, 2014)
En las últimas décadas, las fuerzas gravitatorias del instrumento del bajo eléctrico giran alrededor de un nombre: Stanly Clarke. Es evidente que Clarke, de 63 años, domestica el bajo acústico, pero es desde el eléctrico donde ha deja sus huellas.
El bajo eléctrico resulta como un juguete para este músico oriundo de Filadelfia, Pensilvania, en la costa noreste de Estados Unidos. Clarke, que se forja en los años del jazz fusión y esos memorable momentos con Chick Corea (uno de los invitados), proporciona momentos de un jazz contemporáneo, pero más que todo, toma sus consabidas libertades musicales para navegar en otros géneros. Y lo hace con la autoridad que le otorga más 40 álbumes grabados en un carrera de 45 años.
Dos docenas de músicos estelares, entre ellos, cinco diferentes bateristas y el Harlem String Quartet, ponen a “Up” como un trabajo de gran envergadura en términos de producción. En efecto, el repertorio de doce canciones no se descarrila ni cae en el vacío. Es un arcoíris de ritmos, de emociones diversas y tiempos sosegados y vertiginosos.
Una pieza marca la esencia rockera como “School days” (la misma de ese famoso álbum), donde la guitarra eléctrica toma estelaridad. Stanley nos da un funk abrazador con su palmoteo sobre las cuerdas del bajo. La velada baja en intensidad con una lenta balada titulada “I have something to tell you”, que por su suave discurrir no deja de ser penetrante y magistral con el abejón de sus bajo eléctrico que late elocuentemente. Otra pieza imponente en esa misma esencia de lentitud y certeza es “Trust”, esta vez con el contrabajo.
La tradición jazzísta es la instigadora, conmueve y llega hondo. Ni hablar del alegre “Up”que podria recordarnos a Return to Forever con Stewart Copeland (The Police) en la bateria. Un tributo al tecladista George Duke tampoco no puede faltar el retomar otra de esas piezas de antaño.
En pocas palabras, “Up” es deleite puro de arriba abajo. Aquí nada falta ni sobra.