“Alive” (Telarc, 2014)
La japonesa Hiromi se apoya en el bajista Anthony Jackson y el baterista Simon Phillips en este trabajo en directo. En efecto, la pianista se apoya tanto en estos dos músicos que para hacer justicia, los nombres de estos músico debieran aparecer en grande. En cambio, aparecen en la parte baja de la caratula y con los nombres pequeños.
El Trío Project como se llaman es una maquinaria bien lubricada, forjada por cuatro años de tocar juntos. “Alive” es el tercer disco del trío y no hay dudas, eso ha pavimentado el terreno para que «Alive» sea un viaje intenso, con unas breves paradas de serenidad y quietud que resaltan los contrastes.
Cuando los integrantes de un grupo se conocen y domestican el material, las sorpresas flotan a la superficie. Los tres integrantes funcionan como una unidad a toda cabalidad. Aunque hay que reconocer que el catalizador de esta velada, el provocador por excelencia es el fuste de Phillips en la batería. La concentración de energía e intensidad que desata Phillis es apabullante y aglutinadora. Parece como si estuviera en una banda de rock azotando sin parar, pero sin agobiar, sin atosigar. Y se aprecia desde el comienzo con el tema “Alive. No hay que extrañar esa energía, Simon ha sido baterista de bandas de rock fuerte como Judas Priest, del Pink Floyd David Gilmore y de los finísimos cultores del pop llamado Steely Dan. El baterista es una de las razones por las cuales el noveno disco de la japonesa se nos mete en la piel.
“Life goes on” es otra de esas piezas con fuerza, palpitante y voraz. Jackson siempre preciso amortigua el vendaval mientras Hiromi busca sus espacios para arrinconarnos como en la balada “Wanderer”. El álbum es implecable de arriba abajo. El otro gran merito de Hiromi radica que todo el material es original y de su autoría. En efecto, el álbum suena como si lo hubiésemos escuchados antes porque se torna tan familiar y contagioso.