Eccodek
“Singing in tongues” (Blackswansounds, 2014)
En la música, las fusiones deben gestarse de manera natural y espontánea. Hoy, los músicos tienden al estar más al tanto de los ritmos de todos otros rincones. Algunos creen que los ritmos globales se pueden injertar de manera antojadiza y que por arte de magia, se consigue la novedad deseada.
En efecto, hay que conocer muy bien las partes a fundir para lograr química balanceada. Cuando no se logra, se ven esas piezas forzados, que no encajan, se ve el oportunismo a falta de solvencia musical. Con “Singing in tongues”, el colectivo canadiense liderado por Andrew McPherson, logra, con muchas de las piezas, repercutir. No es que el álbum cambie la faz de la música universal, pero hay que destacar que aquí yacen piezas para impactar por su bien logrado entramado sonoro.
Andy es el cerebro de Eccodek. Está detrás de la programación, bajo, guitarra, fender rhodes, saxofón y hasta percusión para mencionar algunos de los instrumentos. En este álbum la base de inspiración la proveen los cantantes Lewis Melville y maliense Jah Youssouf.
Sonoridad global, un tecno tribal como unos lo llaman, conjugado con instrumentación directa, hace de Eccodek digno de nuestra atención. El pulso rítmico bulle con fuerza devastadora en una pieza soberbia titulada “Village in me”. Es funky contagiosa y avasallante. Otra como “Money tree” tiene un inequívoco sentido hipnotizante que desborda contagio y euforia con una densa masa rítmica tomada del dancehall y esos pestañeos electrónicos llamativos.
Otros temas no se atizan en demasía con lo tecno y se contagia de lo étnico, en este caso del Medio Orientel o se inclina hacia esa África subsahariana. Y ese es el caso de “In Confidence” con una interpretación lacerante de Onkar Singh, coros provocadores, bajo sonidos de flauta embriagantes.
En “Singing in tongues”, lo predecible no acecha todo el tiempo. Por ello, Eccodek resulta un viaje grato.
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