Ani Cordero
“Recordar: Latin American Songs of Love & Protest” (La Nana Music)
En estos tiempos donde poseer música es irrelevante, donde existe tanta música a nuestra merced, hay que imprimir novedad a lo que se hace para poder tener incidencia. Si no se consigue, uno termina ni siendo ni la cola del león.
A la misma vez, si el repertorio en cuestión responde a temas con cierto historial y que marcan una época, la lectura que se haga de ellos, debe ser altamente innovadora y genuina. Para rehacer canciones de amor y protesta hay que jugárselas. Hay que poner esos temas de pieza a cabeza o tal vez darle un sutil toque para hacerlo diferente aunque suene casi igual a la versión original.
Cuando escucho estas piezas de cantante, guitarrista, percusionista y baterista Ani Cordero, me percato de la endeblez del relato musical, pese al atractivo de su voz y su destreza como instrumentalista. El repertorio de once piezas no me conquista del todo.
Cacarear y no poner huevo, de eso se trata aquí con un título tan insinuador que lleva el álbum. Trompeta y acordeón rancherizados, una percusión sin vida no pueden hacer mucho por temas del chileno Víctor Jara (Deja la vida volar) o el argentino Piero (Pena de tu boca), para citar dos del muestrario.
En general, el tratamiento rítmico del repertorio carece de vitalidad. Raro, viniendo de alguien que conoce tan bien la percusión como Cordero. Extraño, sabiendo que Cordero proviene de las aguas rockeras también.
Uno espera versiones despojadas y liberadas, sobre todo cuando se habla de piezas de la Nueva Canción. Su entrega vocal tampoco no tiene la pasión y la emoción que una canción de Alí Primera o Atahualpa Yupanqui demanda.
Dos canciones si levantan la cabeza. “Volver a los 17” (Violeta Parra) si logra resonancia en su arreglo por su textura experimental y abstracta. Y otra conocidísima y popularizada por Os Mutantes, “Panis et circenses”(Gil/Veloso), logra captar la atención por su sencillez y desnudez. Pero ahí termina el embrujo. El éxito de unos temas estriba que uno regrese a escuchar ese mismo álbum, una y otra vez. No es el caso. El trabajo fue producido por el brasileño y Os Mustante Sérgio Dias y la propia Cordero.