(Prensa Latina) La Habana, Cuba – El cantante folclórico cubano Lázaro Ros, uno de los mayores exponentes de la tradición africana transculturada en la isla, murió el martes aquí a los 80 años, víctima de un cáncer que padecía en los últimos tiempos.
Fuentes del Consejo Nacional de las Artes Escénicas confirmaron la noticia y precisaron que su cadáver será velado en capilla ardiente, desde el atardecer, en el teatro habanero Mella, sede habitual de las presentaciones del Conjunto Folclórico Nacional que fundó, entre otros, en 1962.
Lo llamaban el rey de los cantos yorubas, una fuente en la que bebió desde su más tierna infancia y preservó sin traicionar sus esencias, pero incorporándolos, no de manera esquemática, sino inyectándoles modernidad. Nacido en 1925, de formación autodidacta, recorrió con el Conjunto Folclórico los principales escenarios de Europa, África, América Latina y Estados Unidos durante la década de 1970.
Se ganó la condición de apwon (profesor), que ostentaba con orgullo, y su trayectoria lo condujo a trabajar con los grupos cubanos Síntesis y Mezcla, a los que aportó la autenticidad incomparable de su voz y la riqueza de sus cantos.
En 1992 fundó el grupo Olorun, en el que canto, bailes y tambores se fusionan con una sencillez austera que les comunica nueva intensidad, y en él su voz resplandecía. Escucharlo, afirman los críticos, constituía una experiencia única. Acumuló, en vida, reconocimientos de la magnitud de la Orden Fernando Ortiz por sus aportes a la preservación de la cultura de su país y mereció también el Premio Nacional de la Música. En 2001 fue nominado a uno de los Grammy.