Del Getxo Folk al Mercado de Música Viva de Vic. Olatz Zugasti marca la diferencia.

Coincidentes el mismo fin de semana en las Hispanias post-romanas, el Getxo Folk y el Mercado de la Música Viva de Vic (Barcelona) ofrecieron momentos para el regocijo y la fundamentada esperanza en el futuro.

En Las Arenas (Vizcaya), debajo del Puente Colgante -prodigio de ingeniería novecentista- el Getxo Folk Festival Internacional llegó a su 43 edición. Un cartel de lujo: Olatz Zugasti, la arpista, guitarrista, teclista, cantante, compositora, compañera del excelso Benito Lertxundi, abrió el certamen, y casi lo finalizó: no hubo, seguramente, nada mejor que ella en el fin de semana.

Acompañada de su hija Gratxina en las flautas (travesera, piccolo), en los teclados y las segundas voces, Olatz desgranó buena parte de su quinto y maravilloso disco, «Ur goiena, ur barrena», así como dio paso a tres o cuatro nuevas composiciones que habrán de figurar en su próximo álbum (para el mes de noviembre).

Olatz Zugasti

Intimismo, delicadeza, belleza y también compromiso artístico, estético y social en la voz cada vez más ajustada y modulada de Olatz, en unión de un excelente, sobrio y a veces pelín pasota de su trío de instrumentistas acompañantes (en especial, el batería catalán Oriol) configuraron un recital mágico, ensoñador, evocador, como suelen ser los suyos. Esperamos con impaciencia su nueva grabación, que tiene eso, sí, una tarea difícil: superar el disco precedente, sin duda uno de los tres mejores del ámbito folk español en la temporada pasada.

Por cierto, Benito Lertxundi también anuncia nueva grabación, y conciertos de presentación de la misma (en el Kursaal de San Sebastián, y en teatro Arriaga de Bilbao para los primeros días del inminente mes de diciembre). Vitoria, Pamplona y otras citas están aún pendientes de fecha de confirmacion. Estaremos atentos a la jugada, cómo no.

Manuel Luna

En Guecho, por lo demás, el cartel restante era de lo más atractivo: el folclorista, antropólogo, cantante, líder musical Manuel Luna, desde su Cantabria natal a su región de Murcia adoptada, fue la figura central de la segunda jornada.

Eleftheria Arvanitaki

La excelente vocalista Eleftheria («Libertad») Arvanitaki y el legendario grupo folk-rock inglés Fairport Convention (51 años de actividad incesante les contemplan) redondearon un programa de primera línea, como corresponde a uno de los mejores certámenes anuales del Pais Vasco y de todo el entorno geográfico circundante.

En Vic, a casi 100 kilómetros de Barcelona, el Mercado de la Música Viva (MMVV) llegaba a su 30 aniversario, y lo quiso celebrar por todo lo alto. Invitados especiales, profusión de grupos y solistas famosos y/o en edad de merecer, se alternaron en los cuatro o cinco escenarios de la Atlántida (sede central del encuentro): Auditorio, Carpa Negra, Jazz Cava, Carpa Vermella, Teatre, Off Mercat. Todos los géneros musicales imaginables, todas las propuestas posibles, innovadoras mayoritariamente, todos los estilos y maneras de encarar el fenómeno sonoro contemporáneo.

Kiki_Morente – Foto: Alex Rademakers

Nombres ya célebres (Marc Parrot, Kiki Morente, Sr. Canario, Ko Ko Mo, Alma Afrobeat Ensemble, Niño de Elche, Toti Soler (sí, el mismo, fastuoso guitarrista acústico de larguísima trayectoria en el mundo de la canço y alrededores), Alba Carmona, Mercedes Peón, los vascos Korrontzi -que también estuvieron en Guecho, en magnífico doblete-, Sara Fontán….y el maravilloso estreno de la brasileña Larissa, una artista de Sao Paulo que habrá que atender y seguir en un futuro inmediato: entre Suzanne Vega y Bjork.

Aquí tenemos a una compositora de hermosa tesitura vocal y plasmación ultra moderna, entre muestreadores (samplers) y guitarra eléctrica, que viene directamente de una hermosa herencia (Hermeto Pascoal, Os Mutantes…). A descubrir y a disfrutar en un futuro muy próximo.

Ciento cuarenta mil espectadores dicen que siguieron el MMVV en directo. Más o menos, da igual. Lo importante fue el escaparate colectivo, común y solidario: buen rollo, excelente ambiente, a veces incluso agradablemente familiar, «ninots» incluidos… El Mercat sigue adelante, y se plantea nuevos horizontes para otros 30 años venideros. Que así sea, y que nosotros lo veamos.

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