Festival Dock of the Bay, Notable Cine Documental/Musical, Palmarés Sorprendente

San Sebastián, 6-13 enero 2018)
Eric Clapton, Marianne Faithfull, John Coltrane, Los Bravos, Maria Callas, Tony Palmer, Iggy Pop…

Los Jurados que otorgan los premios en los festivales de cine de San Sebastián no cesan de sorprendernos. En «Derechos Humanos», en el Zinemaldia y ahora en «Dock of the Bay», lo más discutible e incluso insulso fueron los premios otorgados por los «sabios» escogidos no se sabe bien cómo y por qué.

En un buen festival de cine documental musical como éste, seguramente el mejor (y de los pocos) que se celebran en Europa (dato confirmado por el invitado especial de este año, el crítico, escritor y cineasta británico Tony Palmer), la única nota discordante (al lado de alguna película infumable) es el palmarés oficial, decisión que roza el ridículo.

Otorgar el primer premio a una obra menor, por muy «vanguardista» que sea en su realización, como «If I think of Germany at night», de Romuald Karmakar, deja entrever las carencias ideológicas del festival, a estas alturas de su historial. Como Peter Pan, el certamen no quiere crecer y prefiere seguir instalado en la inmadurez y el miedo a ser adulto. En consecuencia, los componentes del jurado se corresponden con estas premisas, y prefieren mirar al lado de la adolescencia y jugar a «epatar al burgués» (como se decía hace siglos), en lugar de juzgar con objetividad y sin apriorismo las obras presentadas.

 

 

Y es que esta edición del Dock parecía obsesionada con presentarnos con profusión machacona el estado de la escena «tecno» de los años 80 y 90 en media Europa.

La bastante pija y auto-suficiente de Francia en «French Touch», donde solamente una banda y dos djs se salvan de una quema que incluso, al final del film, «goza» de la teorización pedante de un señor con canas y apajaritado que pretende hacernos creer que no hay nada mejor ni más profundo que esa música más bien vacua para delirio de los incansables bailongos del «after».

 

 

Semejante comentario se puede aplicar a «I think of G…», que, al menos, ofrece algún pequeño hallazgo técnico y creativo en las entrevistas realizadas, «mientras secuencias hipnóticas muestran lo que sucede en la pista de baile» (¡guau, qué interesante!).

Lástima ver a guap@s , inteligentes y simpáticos jóvenes y jóvenas en el ejercicio masturbatorio del individualismo y la exhibición voyerista. Si este es el nuevo «trance», que venga los dioses de los «gnauas» marroquíes, los «griots» subsaharianos y los derviches turcos y lo vean. Alá y los Mesías han sido sustituidos ahora por el «skate», el «break dance» y Armani. Amén.

 

 

La cinta «La Chana» (España-Islandia), de Lucíja Stojevic, consiguió llevarse el Premio del Público, y algún otro accésit. Decisión entendible, aunque en ella privan más las buenas intenciones y la empatía con el personaje que la calidad de su metraje.

La Chana es una figura del flamenco, hoy día completamente olvidada. Pero triunfó en medio mundo en los años 50 y siguientes del pasado siglo y estuvo a punto de dar el salto a Hollywood de la mano, nada menos, que el ilustre actor inglés, comediante y algo histriónico, Peter Sellers.

 

Faithfull

Menos mal que la mayor parte del programa del Dock discurría por otros derroteros. Los del buen cine o, al menos, interesante en sus premisas. «Faithfull», de la francesa Sandrine Bonnaire fue, para quien esto escribe, el mejor film visto en el Zine Principal del distrito de «Lo Viejo» donostiarra.

Apasionante y apasionado retrato de la figura de la novia de Mick Jagger, amiga de Bob Dylan, hija de una condesa centroeuropea, ídolo «teen» en los 60 con la canción «As tears go by», belleza deslumbrante, adicta a la heroína en los 80, años de vida en el «wall» y en la calle (okupa) londinense, intentos de suicidio, larga y dura desconexión, retorno a los escenarios convertida en señora sabia, elegante y con clase, reivindicando la vida y el amor en el tramo final de la película (y de su vida, por ahora).

Bonnaire se deja llevar por el carisma y la personalidad de Marianne, que mantiene el tipo y la mirada ante una cámara escrutadora, pretendiendo desvelar el secreto de la cantante y su más recóndita esencia. Irónica, deslumbrante, sincera, inocente o perversa según los casos, Marianne Faithfull sale reforzada de su tributo a los tiempos modernos del escaparate y la confesión.

Palmer

El ya mencionado Toni Palmer presentó, in situ, cuatro obras de su filmografía: «All you need is love» será un gozo para los amantes de la «década prodigiosa» inglesa (1963-1973). Desfilan en ella los absolutamente grandes John Lennon, Paul McCartney, Donovan, Eric Burdon, Frank Zappa y el inevitable Mick Jagger. «The Wigan Casino» es menos interesante, una mirada a la escena del baile de última hora en la Inglaterra cambiante de los 70.

«Callas», por el contrario, nos acerca la figura, ya casi legendaria, de la soprano italiana Maria Callas, una de las mejores voces del «bel canto» de todas las época. Una fotografía oscura y algo deficiente lastran la realización de este más bien austero film.

Finalmente, «Ginger Baker en África» nos relata la aventura de este enorme batería, que participó en el supergrupo Cream y fue un pionero del descubrimiento europeo de alguna música africana. Pero el documental se detiene, ¡ay!, en un solo interminable de Ginger y deja de lado toda referencia apropiada, todo un contexto histórico y ambiental que hubiese sido de agradecer.

Y el resto

Del resto del amplio programa (20 filmes a ver), destacamos «Chasing Trane» (John Scheinfeld, 2016) aproximación empática a la personalidad de uno de los mejores saxos de la historia del jazz, John Coltrane. El autor de «Ascension», «A love Supreme», «Africa» y muchas otras «aes» es visto a través de los testimonios de Miles Davis, Dizzy Gillespie y Thelonius Monk.

 

 

«Black is black», de Frank Parra, es la historia del grupo español (aunque en muchas de sus grabaciones figuraban músicos ingleses de estudio) Los Bravos, con su indomable solista Mike Kennedy al frente. Divertida peli de tiempos seguramente más inocentes, pero con el telón de fondo de una vida convulsa, independiente a tope y de tonos tristones, la del propio Mike.

Y dejo para el final la otra gran cinta del DOTB, «Eric Clapton in 12 bars». Proyectada en San Sebastián el mismo día de su estreno mundial en Londres (un sobresaliente para el festival), es un detallado recorrido por la evolución personal y artística del mejor guitarrista de rock y aledaños (blues, acústico) de los últimos tiempos.

«Clapton is God», se vino a escribir en los «grafiti» de la época. Pero su vida personal está repleta de desgracias: enamorado de Patty Boyd, esposa por entonces de su amigo George Harrison, inmersión profunda en la droga dura, primero, y en el alcohol después, padre destrozado por la muerte prematura de su querido hijo, solo un niño, y posterior desenganche y descubrimiento de la mejor vida posible: el amor, los amigos, la amplia familia, la música redescubierta. Happy end para una terrible historia.

 

 

Otros filmes: «American Valhalla» (Josh Homme y Andreas Neumann, 2017) formalmente muy brillante y vistosa realización sobre el punki-rockero-venido a menos Iggy Pop; «Marley» (Kevin MacDonald, 2012), didáctica y adecuada proyección especial para jóvenes estudiantes; y «The public image is Rotten» (Tabbert Philler, 2017), acerca de ese hiper-punki, John Podrido, que militó en los Sex Pistols y más tarde fue creador de PIL (Public Image Limited), hoy día superviviente musical con labia y determinación.

 

 

MARLEY – tráiler v.o.s.e (Estreno 29 de junio) from AVALON on Vimeo.

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